antoniaPor Arturo Celine @ginnakane

Ilustración: Marco Pinto

Nota del editor: Zonagirante.com comienza a integrar jóvenes columnistas latinoamericanos, que nos contarán historias cotidianas (y otras no tanto) que,  a su manera, contendrán una relación estrecha con la música que escuchamos todos los días. Estos relatos nos ayudarán a ampliar nuestro espectro textual y, esperamos, nos conecten aún más con los deseos de lectura de nuestros seguidores. Con ustedes, una nueva sección llamada Amor y Supermercados.

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Antonia no es una erudita, ni una melómana, ni una crítica musical. Tampoco conoce los nombres de  los integrantes de las bandas de dark wave en Bélgica. No tiene la discografía completa de bandas clásicas como The Beatles pero vive su vida con una banda sonora de fondo. Un ruido blanco. Una sucesión de estados de ánimo y de experiencias que, sin ninguna postura pretenciosa, llenan su vida.

Cuando Antonia va a su trabajo, una Ong que se dedica a temas de distribución de tierras y conflicto en Colombia, suele sentir que hace una labor puramente mecánica. Su tarea de esta semana ha sido llamar a, más o menos, 200 personas para confirmar su asistencia a un foro. Mientras ella está sentada en su escritorio escucha Career oportunities de The Clash. A pesar de su preferencia por el perfume Rush de Gucci, ella sigue sintiendo que es una anarquista y, por esa razón, mientras continúa revisando bases de datos decide escuchar su canción favorita, Spanish bombs. Esa canción le gusta tanto que después decide buscar el cover de Tijuana no.

Antonia es una nostálgica, generalmente busca música de los 80’s y 90’s que le hace sentir que otra vez es una niña o una adolescente. No le importa que la música sea muy comercial o que sea underground. Hacia las cinco de la tarde suele escuchar canciones como How deep is your love o  I want to know what love is. Cuando finaliza  su jornada de trabajo, llega a casa y enciende un porro,  busca su cassette  de covers de Bauhaus –que conserva desde que tiene 14 años- y después de escucharlo por lado y lado compara la versión de Passion of lovers de The Shroud con la original.

El fin de semana ella va a casa de su compinche –que es un experto en música tradicional- y, a pesar de ellos mismos, escuchan salsa, bullerengue y vallenatos clásicos. Generalmente compran dos bolsitas de perico. Después de varias rayas y de varias cervezas Antonia se apodera de la Youtube party: Blondie, Supergirl and romantic boys, Front 242, Human league, Siouxsie and The banshees. Las tres de la mañana es la hora para la tanda de dub, las cuatro es la hora del drum and bass y en jungle. A las seis de la mañana, Nino Bravo.

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