Por equipo de No tan Distintos @ntd_la

Nota del editor: Mientras la gente de No tan distintos, nuestros hermanos de alma y rock residentes en Argentina, regresan de su letargo y vuelven a publicar sus maravillosas historias, les hemos pedido permiso para recuperar una de sus notas. Es hora de recordar a una mujer amada por todos en el continente. Lo nuestro en Zonagirante.com sigue siendo la cultura latinoamericana y por ello hemos decidido honrar a la maravillosa Doña Clotilde).

Pronto se cumplirán 23 años de la muerte de María de los Ángeles Fernández Abad, conocida por todos como Doña Clotilde. Esa señora grande, de vestido azul y sombrero al estilo de los años cincuenta, que vivía entre Doña Florinda y Don Ramón. Ella era su enamorada eterna, le preparaba pasteles, le hacía sonrisitas y el flaco Don Ramón le huía sin piedad.

El chavo del 8 es parte de la infancia de muchas generaciones a lo largo de toda Latinoamérica, incluso en Brasil donde, traducido al portugués, los niños lo conocen como El Cháves.

En la vecindad Doña Clotilde era La Bruja del 71, por el número de su departamento, aunque a decir verdad en un principio era el número 5. Algo similar a lo que ocurrió con el personaje del Chavo del 8, al que tuvieron que inventarle que su barril era el número 8, cuando la serie dejó de emitirse por Canal 8 de Televisa, el gigante mexicano, para pasar a un canal de mayor audiencia. Pero volvamos al número 71, un número que se repetirá en la vida de Fernández Abad. El año donde empezó su vida en la vecindad.

María de los Ángeles nació en Madrid en 1922 y llegó a México en 1947 con un pasado de lucha que terminó en su exilio, a pesar de nunca renunciar a su nacionalidad o solicitar el carácter de refugiada. Era una activa militante antifascista que luchaba por lo que quedaba de La República Española en la guerra civil que se extendió tres años hasta 1939. Trabajaba en las guerrillas y rápidamente fue catalogada de antifranquista por el régimen y tuvo que dejar el país cuanto antes.

Se escapó del dictador español Francisco Franco y vivió en Cuba un tiempo mientras arreglaba sus papeles en la ciudad de La Habana. Su hija Paloma Fernández cuenta que su madre luego de salir de Cuba regresó a México para trabajar en las películas de Cantinflas y Arturo Córdova.

Con 25 años y en México empezó a trabajar en radioteatros y en cine, pero recién muchos años después, en 1971, encontraría la vecindad que la haría conocida en toda Latinoamérica. Ella llegó de la mano de Ramón Valdez, de quien era una gran amiga. Él se la presentó a Roberto Gómez Bolaños. Ese encuentro llevó a 23 años de trabajo que sin duda marcaron su carrera hasta el final. Su amistad con Ramón Valdés era muy fuerte y cuando murió en 1988 fue su Doña Clotilde la que estuvo dos horas de pie junto al ataúd en su velatorio.

María de los Ángeles murió en 1994 a la edad de 71 años por un cáncer de pulmón agravado por su adicción al tabaco.

Compartir
HTML Snippets Powered By : XYZScripts.com