Por José Gandour @gandour

Primero, un buen recuerdo. Año 2002, centro de Bogotá. Se celebra el primer Encuentro Electrónico del Teatro Jorge Elíecer Gaitán, un festival experimental interesante que se llevó a cabo en tres ocasiones a principios de siglo. En aquel año, en su jornada final, se suben al escenario todos los integrantes de un conjunto artístico que venía de Tijuana, que, la verdad, en ese momento, solo un grupo de nerds especializados conocía y había podido escuchar algunas de sus grabaciones, incluídas en su disco Tijuana Sessions Vol. 1, en su mayoría en copias piratas. Igual el rumor sobre el espectáculo que podían brindar ya se había establecido y la sala estaba totalmente llena. El año anterior, algunos de estos músicos habían estado en la noche electrónica patrocinada por la embajada mexicana, en la séptima edición de Rock al Parque y habían dado muestra de su estilo musical, fusión de techno con ritmos norteños, pero lo que sucedió en el Gaitán fue mágico. Todos los asistentes bailaron de principio a fín y festejaron cada momento sonoro y visual que presentaron los mexicanos. Ese fue uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida. Desde entonces, a Bostich + Fussible (es decir, Ramón Amezcua y Pepe Mogt, respectivamente), fundadores del colectivo Nortec, los hemos visto, en medio de sus extensas giras mundiales, parando en Bogotá en dos ediciones adicionales de Rock al Parque, en el extinto festival Almax, y en varias fiestas y conciertos particulares, convocando seguidores hasta las banderas.

Veinte años han pasado desde que tuvieron la idea de hacer una fusión en ese momento inesperada, que le dió la vuelta a la música electrónica en América Latina. A propósito de este aniversario, se ha publicado en las plataformas digitales su álbum de grandes éxitos y, para los coleccionistas especializados, un prensaje especial en vinilo. Por todo ello, los contactamos, casi a punto de subirse a un avión en el aeropuerto de Cancún, para hablar de historia, presente y futuro. Fue una entrevista desordenada, divertida, un tanto caótica, que esperamos la edición sirva para entenderla de mejor manera. La mayoría del tiempo Pepe fué el que más habló, pero Ramón soltó un par de frases para completar la charla:

Retrocedamos veinte años: ¿Cómo concibieron la idea de mezclar electrónica y música norteña?
Pepe Mogt: Esta idea se me ocurrió casi después de un tiempo de carrera como músico electrónico. Inicié en 1989 tocando en un bar de conciertos en Tijuana con un sonido más industrial, Noise, EBM. Y desde entonces a 1999 (10 años), pasé por el House, Techno, breakbeats. Ya tenía 4 albums bajo la manga, 3 de Artefakto y uno de Fussible, y había participado en muchas recopilaciones nacionales e internacionales, específicamente en países como Estados Unidos, Brasil y Alemania. En 1998-1999, caí en el enfado total de lo que estaba haciendo. Sentía que sólo imitaba a mis primeros héroes extranjeros, ya que nacionales no tenía, por que ellos hacían lo mismo, imitar lo de fuera. Tampoco pasaba por mi mente buscar sonidos regionales y hacer un Mexican curious Music ni algo kitsch. Sin embargo me pregunté a mi mismo qué pasaría si mezclaba la música que no me gustaba y la reciclaba para hacer música que me gustara. Incluso llegué a pensar en deconstruir música de aberraciones musicales como Timbiriche, Luis Miguel, Cepillín, lo que fuese música producto. Al ver que tendría problemas con los sampleos, encontré un amigo que tenía cintas de grupos locales que grababan Norteña y Banda ,que tampoco me gustaba y me pareció que por ahí podría haber algo. Las conseguí y experimenté con ellos, solo como experimento personal, nada de ir más allá.

El primer tema fue Ventilador, muy ambient, como algo de techno hecho con acordeones y voces de norteños procesados, y sonaba a todos menos esa música. Se procesó tanto que era difícil darse cuenta de la procedencia. Eso me emocionó mucho que pensé que podría armar una recopilación con amigos, pero solo ello. El primero que llegó  fue Bostich, quien se rió de mi cuando le dije que tenía estos sonidos de norteño en casa y pensó que le estaba tomando el pelo (aunque ya en esas fechas él ya no tenía). Le quemé un CD con los sonidos originales y vió que esto era en serio. Creo que sintió esa misma necesidad de buscar algo. A los tres días 3 días regresó con Polaris.  Él hizo lo contrario que yo: Dejó los sonidos originales silk,  y los cortó como si fuera drum&bass. A mi en lo personal me voló la cabeza. Con los temas Trip To Ensenada, Ventilador, Polaris y Synthakon nació el
Sonido Nortec.

Estábamos entonces Ramón, yo, y Melo (en ese entonces hacía parte de Fussible y fue el primer disidente de Nortec). Melo,con mucho cariño, nos dijo: «Me caga la norteña y la idea esa de mezclar esto que andan haciendo tú y Ramón pero los voy a apoyar». La verdad, si se integró en la parte musical, renegando pero a la vez amando el proyecto. Entonces decidimos hacer Milrecords (el sello que publicó inicialemente la música del colectivo) entre los 3. Entonces, realizamos una convocatoria para el proyecto, con proyectos de electrónica regionales.  Asi fue cómo se unieron los demás. Músicos con trayectoria nacional y regional nos mandaron al carajo con esta idea por considerarla naca, y solo terminaron con nosotros en su mayoría amigos muy cercanos que apenas sabían de producción y composición de la electrónica (excepto por Fernando Corona, Terrestre).  A mi me decepcionó mucho que más de la mitad de gente que conocía haciendo música nos haya dado la espalda. Yo, entonces, me encargué de Panóptica, Hiperboreal y Clorofila, y a Fernando le encargué a Plankton (buen músico pero si necesitaba orientación en lo electrónico) y armamos el Nortec Sampler. Eso detonó la explosión Nortec.

¿Lo producido era el resultado esperado?
Si, completamente. Panóptica me entregó un sampler del Chavo del Ocho y un loop de un güiro y yo terminé componiendo y produciendo And L, la cual al día de hoy me sigue gustando (por cierto no usé nada de lo que me dió, solo una tarola).  Los demás se involucraron en ideas y también los metí al estudio para desarrollarlos. Hubo muy buenos momentos. Aparte había una camaradería muy buena. Casi una pandilla envuelta en lo bohemio. Creo que para quienes vieron a Nortec de fuera, el hecho de ver tantos proyectos con un sonido propio y diverso (colectivo), llamó la atención.  Eran días de encerrones creativos

Ok, nace el sonido, y luego, ¿cómo se integra todo lo demás?
Hicimos varias presentaciones locales y la comunidad electrónica nos dió la espalda. Sin embargo, a la comunidad artística le fascinó el proyecto y así fue como se integraron los diseñadores gráficos y artistas visuales.

¿Cómo se desarrolló ese concepto visual? ¿Ustedes tuvieron opción de decir algo al respecto?
Si claro, Clorofila (Fritz Torres y Jorge Verdin) son diseñadores con trayectoria y fungieron como curadores de los artistas invitados y los responsables en gran medida de la parte visual de Nortec.

Recuerdo que alguna vez me comentaste que la experiencia en vivo que tuvieron en el Festival Electrónico aquí en el Teatro Gaitán fue vital para consolidar todo el paquete, ¿verdad?
Es que esa tocada hubo una conexión increíble entre nosotros y el público, fue muy conmovedor para nosotros.

Pero además era como el momento en el que comenzó a funcionar como deseaban la unión de música e imagen, ¿o no?
Exacto, estábamos en estreno de ello.

¿En qué momento sientes que Nortec funciona internacionalmente?
(Interviene Ramón): Desde que salió el disco Tijuana Sessions Vol.1, tuvimos muchas reseñas de prensa internacional como New York Times, Newsweek, Wire, entre muchos, y pudimos participar en festivales internacionales como Coachella (USA), Sonar (España), Royal Festival Hall (Londres), entre otros.

Ustedes pusieron a Tijuana en boca de todos, por razones diferentes a las políticas y sociales, ¿son conscientes de eso?
Pienso que algo de eso hay, de la frontera, de una ciudad inundada en la violencia del narco. El trabajar en colectivo y que el sonido fuera muy local es lo que llamó la atención.

Además, ustedes marcaron un nuevo rumbo para la electrónica latinoamericana, aunque había experimentos de fusión con ritmos autóctonos, ustedes comprobaron que eso podía funcionar y fortalecer una identidad. ¿Se sienten reconocidos por ello?
Ya existían esas fusiones, incluso a inicios de los 80s con Yello y muchos otros. El carisma de Nortec en ese entonces era lo colorido de la música y lo visual, ya que representaba la Tijuana que vivíamos nosotros y una generación que buscaba manifestarse.

¿Como evolucionó el sonido Nortec en veinte años?
Han sido varías etapas. La primera fue muy rudimentaria. Para el Tijuana Sessions Vol 3, se decidió una gira con todo el colectivo, y por un par de años viajamos juntos. Cuando íbamos por el cuarto álbum, cada integrante tenía metas distintas en la música, y por ello decidimos tocar por separado. Ahí Bostich y yo decidimos que era necesario hacer un equipo pequeño de músicos y usar tecnología del momento para el álbum Tijuana Sound Machine, que refrescó al sonido Nortec que hasta entonces se conocía. Las nuevas tecnologías y el haber hecho una trilogía conceptual evolucionó el sonido y la manera de cómo se presentaba en vivo. La inclusión de músicos le da una nueva frescura a la propuesta, se sintió la diferencia. Y más que nada, los músicos intervenían a manera de solos, como, vaya, un guitarrista rockero. Cada uno tenía su parte. Hasta el Fresa Salvaje del Bajo sexto, se le desconectaba el bajo, pero él seguía tocando y bailando o tirando el sexto como si fuera Sid Vicious pero vestido de Woody.

Después de veinte años, al final el sello Nortec queda sólo en ustedes dos. ¿Cómo se sienten al respecto?
En 2006-7 cada quien tenía metas y visión muy distinta y  Ramón y yo continuamos con las mismas ganas que al inicio, sumándole 3 álbums más y una colaboración con Cirque du Soleil.

Y ahora, ¿qué viene después de este Grandes éxitos?
Pues yo vivo de lo que me dejó Nortec. Creo que debería ir a vivir a Medellín el resto de los días, low profile y silk, haciendo cosas de ambient. (Ramón vuelve a intervenir): Sigo con mis proyectos alternos como Ramón Amezcua y continúanos produciendo también juntos música electrónica.

¿Se acabó entonces Nortec?
Por ahora digamos que acabó después del Cirque du Soleil Luzia. Pero está más bien descansando. Igual y mañana nos juntamos a hacer Nortec. No hay gira de 20 años ni nada de esas cosas. Si andamos tocando juntos, pero por ahora cosas que nos gustan con nuestros proyectos solistas.

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