Por José Gandour @gandour

Es una historia preciosa: Una chilena (Loreta) conoce en un concierto en Buenos Aires a un argentino (Víctor), se enamoran y deciden recorrer el mundo juntos, y mientras viajan construyen un proyecto musical sorprendente llamado Helado Infinito.

Su primer disco, Canciones Dispersas, que tiene colores tomados del pop, del hip hop y del folk, es un trabajo exquisito, delicado sin dejar nunca de tener consistencia. Es un disco que transmite riesgo, valor y diversión, es un álbum que refleja un periplo lleno de emociones y de paisajes deversos que merece ser escuchado en cualquier odisea. Tanto trajín es descrito con detalles en las respuestas de Loreta a nuestras preguntas. Ajusten los cinturones, aquí viene la entrevista:

Cuéntame por favor esa historia internacional de Helado Infinito. Un argentino y una chilena hacen un proyecto mientras mochilean en México… vaya enredo…

Jajaja, sí. Yo estudiaba Artes en la Universidad de Buenos Aires, y en ése tiempo también trabajaba en prensa de música, y tenía proyectos musicales. En un concierto de la banda platense Tototomás nos conocimos con Victor (él pertenecía a esa banda) y después de un tiempo empezamos a salir y a tocar en una banda que se llama Expediciones Científicas. En marzo del 2016 grabamos en su casa una canción mía Para siempre es mucho, y ahí comenzó Helado Infinito. Un mes después nos fuimos a viajar por México y, mientras recorríamos y trabajábamos en cualquier cosa, hacíamos y grabábamos canciones. Así fue que el proyecto empezó a tomar vuelo.
Cuando estábamos trabajando en el Caribe mexicano, más o menos en octubre de 2016, varios amigos viajeros nos decían que eran baratos los pasajes a Europa desde allí, así que un día nos fijamos y podíamos pagarlos así que decidimos irnos 3 meses. Después nos dimos cuenta que no teníamos mucha plata para sobrevivir allá, entonces decidimos ponernos las pilas y empezar a ensayar harto los temas, y allá tocamos y nos fue super bien. Recorrimos muchos lugares y nos fue especialmente bien en Bratislava (Eslovaquia) y en Caen (Francia). Estuvo muy divertido.

Y ahora de regreso a tierras propias, ¿cómo han sido recibidos?

Volvimos medio abruptamente a Argentina, y estuvo violento pero lindo. Veníamos de vivir en el Caribe, súper relajados, y llegamos en el clímax del invierno y del macrismo a Argentina…estuvo duro en un principio, pero igualmente fue lindo el reencuentro con la gente de allá y lo que se armó con Helado Infinito, porque llegamos y mandamos a hacer nuestro disco en formato físico (conseguimos la plata por medio de una campaña de financiamiento colectivo a través de Ideame) y armamos la presentación en vivo en un mes! Fue medio una locura pero estuvo bueno porque nuestros amigos Nacho, Pitu, Andrés y Eva se coparon y se aprendieron los temas en súper poco tiempo, y salieron súper lindas las dos presentaciones que hicimos. Ambas se llenaron y nos llegaron muy buenos comentarios. Quedamos súper contentos.
Ahora volver a Chile también es loco, porque yo no vivía acá desde el año 2009, y es como empezar de cero. Acá no se conoce mucho Helado Infinito, así que estamos a full con la difusión para que la presentación del disco acá sea una fiesta. Va de a poco, pero bien encaminada, pienso yo. A la gente que escucha el disco, le gusta harto, así que creo que vamos bien.

¿Cómo describirías el sonido actual de la banda?
Pienso que es un sonido fresco y bien actual, con buena onda y bien luminoso. Tratamos de mezclar todo lo que nos gusta: mucho pop, hip-hop, folk y electrónica. Lo que siento que es atractivo de Canciones Dispersas es que cada canción fue hecha y grabada en un momento súper diferente, en un lugar geográfico diferente y con nosotros en estados diversos, y eso en cada canción se nota. Es un sonido bien sincero, que refleja nuestro sentir del momento en que cada canción fue registrada.

Buen título para un disco viajero, ¿de dónde surgió la idea de llamarlo asi?

Yo soy muy fan de Kerouac (puede ser cliché, pero es la verdad), y él tiene una colección de poemas hermosos, que me gustan mucho, que se llama Poemas Dispersos. Yo le robé el nombre porque me pareció que iba bien también con la hechura de nuestro primer disco, y también es un modo de honrar a ése hombre que tantas alegrías e ideas me ha dado a mí y ahora a Victor también, que le he prestado varios libros y ya le encanta, también.

En medio de tanto viaje, ¿han decidido dónde asumir la etapa que viene?

Uf, no. Eso es un tema. Ahora estamos acá en Santiago, grabamos hace dos semanas Apuntes, un tema nuevo, y en dos semanas tenemos la presentación del disco. Esa es la certeza que tenemos. Nos gustaría seguir viajando, volver a México y luego irnos a otro lugar a seguir conociendo y seguir tocando, pero por ahora toca quedarse un poco acá para ahorrar y estar un ratito más estables.

Insisto con el tema viajero: ¿Cómo has notado la realidad artística y social de América Latina?

La verdad es que cuando salimos a viajar, pensamos que nos íbamos a rodear de músicos y gente del arte, y la realidad es que eso no pasó. Lo que sí pasó es que nos rodeamos de gente súper diferente a nosotros, con otros intereses y visiones bien diferentes del mundo, y eso nos encantó, nos abrió el panorama, hizo que la pasáramos muy bien, que escucháramos música que nunca escuchamos y que valoráramos la música de otra manera.
En México tuvimos la oportunidad de ir a trabajar 10 días a una cárcel que está ubicada en unas islas del Pacífico, y esa fue una experiencia súper linda y súper enriquecedora, porque esa cárcel está orientada a la reinserción, entonces los internos hacían mucho trabajo relacionado con el arte y vimos cómo estaban de contentos con eso. Muchos eran músicos muy muy buenos, muchos hacían artesanías increíbles…Mucho talento, y ahí también fue un remezón para nosotros porque nos recordaron fuertemente el poder liberador que tiene la música. Creo que Latinoamérica tiene eso: mucho dolor y mucha injusticia encima, mucha desigualdad, y el arte ayuda a sanar, o por lo menos a calmar las penas de una manera bien bonita, y que se comparte. En la prisión cantábamos todos juntos con los internos y éramos todos iguales, no importaba nada.
Eso en relación al viaje…después yo trabajando de periodista de música en Argentina tuve harto contacto con música independiente de todos lados, y creo que Latinoamérica es de los lugares con música independiente más interesante, a mi me encanta.

Por último la pregunta cursi: ¿Como ha transcurrido el amor en medio de todo este huracán de experiencias?

Jajajaja ❤ Todo un viaje el amor así! Muy intenso y bien bonito. Por suerte nos llevamos muy bien, disfrutamos de las mismas cosas y hemos podido sacar lo que nos aqueja por medio de canciones, lo cual es muy sano. El viaje, y el estar casi todo el tiempo juntos afrontando distintas experiencias, ha ayudado a que nos conozcamos bien profundamente, que aprendamos mucho el uno del otro, y a que nos consideremos súper y sinceramente compañeros.

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