Por José Gandour @gandour Fotos de Bárbara Reyes y Jorge López
Čadca es una pequeña ciudad de Eslovaquia, con una población estimada a final del año 2017 de 24 315 habitantes. La gran mayoría de nosotros (incluyo al redactor de esta nota y a los lectores de toda América Latina) no sabía hasta hoy de la existencia de esta urbe, ubicada en el centro de Europa. Si no hubiera sido porque ahí será la próxima presentación del dúo chileno/argentino Helado Infinito, en una de las paradas de su constante gira por el mundo, no nos hubiéramos enterado. Ellos, Loreta Neira y Victor Siete, que por estos días residen en Bratislava, siguen viajando por el planeta y planificando día a día cada una de sus fechas por el viejo continente, asi como lo hicieron en su momento por nuestro hemisferio. A medida que abordan el medio de transporte correspondiente y llegan a los escenarios donde tocan, van conociendo nuevos artistas y formando nuevo público, sin importar que sus canciones sigan siendo en castellano, y sus canciones tengan una ternura muy personal, muy particular, que se va consolidando a medida que van marcando millas en el recorrido y sellos en su pasaporte. Desde Čadca nos responde Loreta, advirtiéndo que su teléfono se puede quedar sin batería, así que hay que apresurarse:
¿Ya cuántos países han visitado en esta permanente gira musical/amorosa de Helado Infinito?
¡21! 21 países ya son en total. Chile, Argentina, Uruguay, Mexico, Inglaterrra, Escocia, Dinamarca, Suecia, Francia, Alemania, Austria, Republica Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Hungria, Croacia, Bosnia, Albania, Kosovo , Serbia, Bulgaria.
¿Qué los hizo a decidirse a establecerse en Eslovaquia?
La primera vez que fuimos a Bratislava a tocar, en marzo de 2017, recibimos mucha buena onda. El lugar donde tocamos se llenó y conocimos gente muy linda, entre ellos a Sasha, un músico ruso que nos ofreció una mano si es que queríamos volver. Cuando salió la idea de ir de nuevo a Europa, lo contactamos y nos ayudó mucho con la gira de Verano. Nos hicimos muy amigos con él, nos acompañó en parte de la gira y luego, cuando pensamos en extender la estadía en Europa porque nos estaba yendo bien tuvimos en cuenta eso: que lo teníamos a el como amigo, nos gusta la ciudad, nos ha ido muy bien ahí, y también nos pareció que era bueno como base para seguir viajando, porque es bastante central, así que nos permite movernos mucho para ir a tocar. Es una ciudad super amigable y linda bajo nuestra perspectiva. Con nosotros ha sido súper linda y estamos muy agradecidos. Más que una decision, fue una oportunidad que se iluminó y la abrazamos.
¿Cómo conciben ustedes una gira? ¿Es algo que se da en el día a día o hay algo de planificación?
En este momento para nosotros es nuestra vida. El comienzo de la gira fue más ‘clásico’: venir como banda a tocar a festivales y tratar de moverse para tocar lo más posible en el tiempo que nos permite la visa. Luego, cuando decidimos quedarnos por un rato más, ya girar se volvió más nuestra rutina, nuestro trabajo, básicamente lo que hacemos todas las semanas. Es hermoso poder vivir de tocar, pero eso implica también un montón de laburo de oficina. Todas las mañanas tenemos que estar mandando y respondiendo mails, revisando mapas, revisando transportes, pagando pasajes, etc. Es un trabajo hermoso, pero es un trabajo a fin de cuentas. Implica planificación, cansancio, y muchos frutos muy lindos obviamente.
¿Cómo se presenta un proyecto desconocido para la gran mayoría, cantando además en un idioma distante?
No nos cuestionamos mucho eso. Yo creo que acá, por lo menos, donde nos estamos moviendo nosotrxs (más que nada Europa del este) la gente se toma con mucha sorpresa (de manera positiva) que vengamos de tan lejos. Les da curiosidad. El español les encanta y les encanta también que nosotros estemos interesados en aprender de ellos, de conocer sus lugares y sus idiomas. En general les gusta mucho lo que hacemos y la música igual habla por sí sola, así que la gente la termina entendiendo igual. Es lo lindo de la música.
¿La música cambia en el viaje? Es decir, ¿las canciones evolucionan en el trayecto?
Si, mucho. Las canciones van pidiendo cambios. Es lo lindo de estar tocando todo el tiempo: necesita evolucionar el proyecto, necesita renovarse. Las canciones van encontrando con que otras canciones van mejor, y obviamente también escuchando a nuevos músicos y nuevas musicas, las canciones van buscando nuevos caminos. Nosotros también buscamos nuevas formas de tocarlas. Así también es siempre más divertido para nosotros y nos hace crecer.
Cuéntame un poco de la nueva grabación, ¿es un split?
Si, es una colaboración con nuestro gran amigo Pitucardi. Somos muy admiradores de su trabajo y por eso a pesar de la distancia nos gustaba la idea de poder seguir colaborando con el. Precipicio, la primera canción, es nuestra y queríamos que tuviera su voz. Acá en Bratislava también participó Sasha Mamaev, músico ruso y amigo, y el le grabó un bajo y saxo. Y también tiene unas percusiones de Juan Martínez, amigo chileno.
Estoy bien es un tema de Pitucardi en el que colaboramos con letras, voces y trompetas. Este tema lo tenemos guardado desde hace 3 años más o menos, así que ya era tiempo de liberarlo.
¿A qué suena hoy por hoy Helado Infinito?
Creemos que cada vez suena más a Helado Infinito y eso nos pone muy felices! Si la pregunta es cuál es ese sonido, creemos que es fresco y alegre, amistoso. Tratamos que refleje el viaje, el movimiento, el aprendizaje, la duda.
¿Que viene para ustedes en estos días?
Por suerte aquí trabajo no nos falta! Tenemos que seguir tocando por República Checa, Polonia y Eslovaquia. Algo especial y que nos pone muy felices es que nos invitaron a abrir el lanzamiento del nuevo disco de Gonsofus, un dúo ruso/húngaro al cual admiramos y queremos mucho. El concierto será en una sala muy linda en Bratislava y nos encanta tener esa posibilidad. Estamos preparando un show especial para ese día. También, como siempre, seguimos componiendo y grabando. Estamos con unas canciones ahí trabajando para que salga algo nuevo en un ratito.