Por José Gandour @gandour Fotos archivo Parálisis del Sueño

Después de algunos sencillos y pequeños compilados, la banda chilena Parálisis del sueño presenta su primer álbum, bajo el nombre de Brígido, y lo que encontramos en este trabajo es tan variado como colorido. Se transita por el pop, por el rock, el bolero y otras hierbas que, si se lo contamos sin mayor expliación, usted podrá pensar que lo suyo es una labor desordenada, donde se acumula cualquier idea sin haber coherencia en el conjunto y, entonces, nosotros le diremos que esa afirmación se encuentra muy lejos de la realidad. Brígido es una montaña rusa de alturas irregulares unidas por el afán de sostener la coherencia a través de un trabajo exquisito de melodías y un fina mezcla de voces, que experimentan en su posición frente a las texturas instrumentales. Lo que traen las guitarras, los vientos, los teclados y las percusiones dan forma a la fuerza de cada tema, pero todo ese conjunto ayuda a darle un colchón adecuado a lo realmente seductor, el elemento oral. Lo hecho por Parálisis del sueño en ese aspecto se para brillantemente sobre los hombros de la historia de canto de su país, la que va desde Lucho Gatica, hasta Portugal, pasando por Victor Jara, Los Tres, Lucybell, Los Bunkers y muchos otros referentes en este campo. Por eso fascina.

Aprovechando el lanzamiento reciente de este disco, hemos podido contactar a Kotalo Gallardo (voz, guitarra y teclados de la banda), para conversar sobre esta nueva publicación y detalles de su agrupación:

¿De qué se trata Brígido?
Brígido trata sobre los sentimientos o estimulos que a uno lo remecen. Si es que hay un hilo conductor en el álbum, supongo ese sería que cada canción es una carta de alguien hablándole con pasión y preocupación a algo/alguien que ama, que protege, que detesta o que intenta hacer entrar en razón. Cada una va musicalizada con soltura de estilos, lo que le da más sabrosura al relato, creo. Al menos es lo que nos han comentado. Las canciones que más han llamado la atención son justo las que se parecen menos a la primera Parálisis. Zodiaco, que es más balada. Tanto duele, que es un bolero. Sincerarnos, que es media retro, crooner, etc

Eso te iba a decir, es un disco bastante ecléctico, que va desde el rock al bolero, pasando por otros registros. ¿Eso se construyó así a propósito?
Sí, siempre tuvimos en mente el querer hacer un disco que pasara por muchos estados de ánimo y sonoridades. Fue natural, no hubo que forzarlo mucho. Nosotros armamos unas playlist bien esquizofrénicas cuando escuchamos música y supongo que eso fue permeando la personalidad del disco. ¿Será muy raro?  Creo que en estos últimos años la mezcla de estilos ya es normal, no se ve con la sorpresa de antaño. Somos una generación que le gusta mezclar todo con todo. Juanes tocando Metallica es un ejemplo de eso. Me encanta cuando pasa eso jaja.

A la hora de hablarle de la banda a alguien que no la ha escuchado, ¿cómo le explicas en pocas palabras por donde va todo?
Uf, difícil situación que aún no logramos resolver muy bien. Pero sabemos que tampoco es una banda extraña. Es rock a ratos, es más pop a veces, ahora tiene un poco de balada latina y de bolero. A veces tiene más distorsión. Pero siento que las palabras o las etiquetas guían de mala manera esa descripción, lo mejor es escuchar este disco y queda todo más claro. Brígido abarca todas nuestras personalidades.

Sigamos por este empedrado camino: Te pregunto, ¿qué influencias reconocen?
A vuelo de pájaro, se me vienen a la cabeza hartos referentes latinos, música de animé también, música que escuchábamos cuando chicos en nuestras casas… El rock de los noventas y dosmiles lo tenemos clavado en el cerebro. De Latinoamérica siempre nos guían Los Tres, Álvaro Henríquez en general, Electrodomésticos, Fother Muckers, Molotov, Plastilina Mosh, Aterciopelados… De afuera siempre se asoma Elliott Smith, Nirvana, QOTSA, Blur… Del anime podemos mencionar algunas influencias enormes también. La banda sonora de Cowboy Bebop, la de Chobits.  La radio Pudahuel, de Chile, también tiene mucho que ver. Es conocida por musicalizar las jornadas de aseo casero y ahí conocimos un montón de intérpretes latinos de primerísimo primer nivel.

¿Cómo sientes la actualidad de la música indie chilena?
Creo que nunca antes hubo tanta banda activa y haciendo cosas tan interesantes y profesionales. Son tantas las propuestas, que uno no alcanza a apreciarlas todas, al menos no en su máximo esplendor. Eso contrasta con la falta de espacios para mostrar un show en condiciones óptimas, sobre todo para los proyectos que están despegando. Pero ha sido así desde siempre, se hacen cosas buenas con muy poco. Me quedo con que las y los compositores, tanto los consagrados como los que se están dando a conocer, se están estrujando y trabajando muy bien, por canciones no se quedan.

¿Que viene en el futuro de Parálisis del sueño?
En lo inmediato, vamos a presentar este disco el 7 de marzo en Matucana 100, en Santiago. Queremos llevar esas canciones a darse una vuelta por varias regiones de Chile y ojalá poder visitar otros países este año. Estamos trabajando en eso. Tal vez soltemos algunos lados B, canciones que estuvieron en el proceso creativo de Brígido pero que finalmente no quedaron en el disco. La idea es no dejar de crear ni de tocar, nos vendría bien una temporada intensa de trabajo y estamos mentalizándonos en eso.

 

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