Por José Gandour @gandour
En Bogotá se puede hablar de un circuito de nuevas bandas rockeras que cuentan con buenos fundamentos musicales e interesantes posibilidades de exploración sonora, conectadas a las nuevas tendencias mundiales. Son agrupaciones que buscan su ruta particular y tienen momentos destacados que les permite meterse en el gusto de sus amigos y otros aficionados al género. No terminan de ser populares porque, a pesar de sus buenas canciones, algo les falta en su lenguaje para llegar al gran público, un elemento desaparecido les impide relacionarse con fluidez con la masa.
Un buen ejemplo de ello es Árbol de Ojos, un grupo que hace temas contagiosos pero que aún no ha tenido la oportunidad de ser acogido por una audiencia numerosa. Su sonido interesantemente agresivo y su buena aplicación instrumental da para llamar más fuertemente la atención y eso se comprueba con su último sencillo, Cangrejo. Este tema, de dos minutos cuarenta y dos segundos, con reminiscencias a Queens of the stone age y propuestas similares, se acelera rabiosamente de principio a fin, contrastando de manera efectiva con una voz que nos acuerda a la del mexicano León Larregui, y que sabe seducir sin poses innecesarias, convocando a la furia sin tóxicas obviedades. Cangrejo es una canción que abre el apetito por lo que vendrá, creando una expectativa a la que esperamos responda firmemente la banda.
Árbol de ojos es una buena propuesta en busca de un espacio más amplio. Quizás este sea el momento que estaban anhelando. Ya es cuestión de ver si ahora logran enchufarse con los aficionados.