Por José Gandour @gandour
Este 2017 finaliza muy movido. Diciembre, al contrario de otros años, sigue dando buena música hasta el final, sin importar los resúmenes en los que solemos caer los medios especializados. Y la verdad es que se agradece cuando, en lugar de dedicar todo el tiempo a recordar lo que escuchamos en los 11 meses anteriores, podemos descubrir maravillas sonoras, tales como Mercurio, de la naciente agrupación chilena Bosque Hawaii.
Totalmente de nuestro gusto personal, siempre celebraremos las buenas grabaciones de las bandas que logran hacer de la distorsión un buen sueño ruidoso, una emocionante explosión de distorsión íntima, delicada en su viaje, emocionante en su recorrido. Eso es este compilado de 5 canciones donde la banda, con la ayuda de la particular voz de Nadia Granada, logra adquirir desde el primer momento una identidad propia, sin evitar recordarnos instantes propios de agrupaciones clásicas como My Bloody Valentine, Sonic Youth y Lush, entre otros. Escuchar su primera canción, Menta, es como montar una moto a a doscientos kilómetros por hora mientras tenemos en nuestro oído, en medio del vértigo, el seductor canto de Granada, casi pidiendo mayor velocidad, sin importar el peligro. Es excitante escucharla decir:
«Caminar bajo el sol me sienta bien,
Caminar bajo la lluvia me sabe mejor,
Que importa si estoy fingiendo,
Se aprende a dar batalla fingiendo.»
A partir de ahí, Mercurio sabe meternos en un precioso huracán de casi veintitres minutos de desenfreno digno de ser oído cada vez que se dude de la existencia de belleza digna en este planeta.
Lo que hace Bosque Hawaii es traer la memoria de los momentos más interesante del rock alternativo de los años noventa y ajustarlos con su propia fuerza a los convulsionados tiempos modernos sin perder un ápice de actualidad, presentando canciones fascinantes que pueden volverse himnos en manos de una audiencia que sigue buscando con desespero una agresividad que no pierda la ternura ni que caiga en las torpes quejas de de los que exageran en su falsa rabia.
Bosque Hawaii será pronto, ojalá, en los próximos días de nuestra vida, una parte importante de la banda sonora de nuestras vidas. Lo necesitamos.