Por José Gandour @gandour

Seguro les pasa a muchos de ustedes. Una tarde terminan de almorzar, tienen que trabajar y quieren escuchar algo totalmente diferente, algo totalmente nuevo. Se trata de evitar caer en el top 40 personal donde ya nos conocemos de principio a fin todas las canciones, y sabemos que regresaremos a ellas cuando necesitemos el confort de la repetición. 

En mi caso personal abro inicialmente Spotify y a los pocos minutos me doy cuenta que quiero evitar el «algoritmo sueco», ese robot imaginario que quiere meterme en el mismo laberinto, las mismas rutas que ya no traen la más mínima sensación de asombro, ese que me dice «siéntete cómodo, no vayas por caminos arriesgados». Ahí es donde se vuelve necesario acudir a un amigo de confianza: Bandcamp. Ahí la percepción es diferente, es como cuando uno entraba a su tienda favorita con unos pesos en el bolsillo y no sabía qué quería llevar a casa. En Bandcamp, por lo menos a mí me pasa, hago lo que hacía veinte, treinta años en el estante del negocio de discos y cassettes: Miro las portadas, espero que me produzcan curiosidad. Hoy entro al capítulo chileno y veo la imagen repetida cuatro veces de una niña con el pelo recogido, veo el título del álbum, Pobre chica, y digo «¿qué puedo perder?». Pongo play y a escuchar.

Ferni en fuga es una artista de San Antonio, que, según Wikipedia, es «una ciudad costera, capital de la Provincia de San Antonio en la Región de Valparaíso, Chile y es considerada como una de las ciudades más bellas del mundo, conocida como «La joya del Pacífico»». Todo lo que suena en su álbum es su voz y su guitarra, lo más sencillo posible. Y aún así, como vemos en los textos que acompañan su disco, sus tonadas fueron compuestas hace cinco años y apenas fueron grabadas hace pocos meses, de manera casera. Igual, como dicen las madres, «todo tiene su momento» (otras personas más religiosas dirán que los dioses, no importa el culto al que se refieren, tienen sus tiempos).

Pobre niña es una producción de ocho cortes, incluyendo dos mini entrevistas a una niña que, aunque haya poca información al respecto, sospechamos es la misma Femi en sus tiempos de infancia, delatando sus gustos musicales. Las otras seis grabaciones son canciones sensibles, sólidas, sinceras. Son relatos cotidianos de amor y desamor, decepciones, sonrisas a medias, las frustraciones cotidianas y, sin embargo, se siente el desenfado para cantar al respecto e incluirnos, al oírla, en algo que pronto sentimos como propio, como que lo hemos vivido y por fin escuchamos a alguien narrarlo como es debido. Se entiende perfectamente cuando Ferni nos dice, en Mal día:

«Ya no más, ya no más 
yo te prometo por hoy ya no doy más 
como cenicienta pero el príncipe se esconde 
Con ápices de anarquía 
trato pero no mato al policía 
y por inconsecuencia el tacón me quedó grande»

En fin, Pobre niña es un disco entretenido, cuya campechanía arrulla y festejamos con una simple sonrisa que nos durará hasta el anochecer. Si, así de sencillo: Una mujer con su guitarra acústica, haciendo temas desde su habitación, y sin mayor parafernalia, logra seducirnos. (Y además, si queremos, podemos luego descargar todo su álbum de manera legal y gratuita). Esta ha sido una buena tarde. Ferni, gracias por la sorpresa. 

 

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