Por José Gandour @gandour Foto Camilo Monsalve

Se llaman Morfonia y comenzaron hace muchos años, en su primera formación, haciendo metal y respondiendo  como autores de sus labores como «Mortfonia». Pero el espíritu experimental y el encuentro con otros géneros le quitó el peso de la muerte al nombre y, a partir de ahí, emprendieron un camino extenso, con pocos registros discográficos pero de muchas presentaciones en vivo, músicos que entraban y salían con cierta frecuencia y un prestigio del cual pocas agrupaciones bogotanas pueden presumir. Hasta los más críticos de su trabajo han alabado su permanencia durante más de veinte años en la escena, donde lo suyo fue llamado en una época como «gastrofunk» (término que no nos atrevemos a definir sin temor a equivocarnos estrepitosamente) y ahora, simplemente, afirmamos, por lo escuchado en su nuevo álbum, Antigueto Parlante,  que son dueños de una licuadora donde, sin ninguna restricción, observamos cómo meten en su interior rock, jazz, blues y aromas de folclor de todos los rincones colombianos.

¿Cómo podemos describir el resultado de este álbum? Arranquemos diciendo que Antigueto Parlante, a lo largo de sus 47 minutos, es un caos bien planificado. De alguna manera podemos llegar a creer que todo está diseñado para que cada segundo mantenga despierto y alerta al espectador, y no dejar que descanse jamás, ya que cada una de las 11 canciones ahí publicadas son la suma de sobresaltos intensos imposibles de etiquetar y, mucho menos, de predecir. El disco puede ser reseñado como auténtica pieza bogotana: Contiene el lenguaje, el desorden, la suciedad y el desespero capitalino. También refleja ese particular ánimo aventurero que no se da en otros lados de Colombia y que quizás no sea fácil de comprender en el resto de América Latina. Lo que le propone Morfonia al oyente es meterse en una selva sonora donde no hay esperanzas de rutas planas, caminos tranquilos ni sensaciones de placer convencional. Aquí, se advierte antes de abordar este viaje, que el periplo auditivo puede ser exasperante, desquiciado y tensionante. Aquí no hay nada parecido a lo que ofrece la atmósfera pop de estos días. Morfonia es ruidoso y agresivo, y, lo más irritante, es que lo hace a su manera. ¿Dispuestos, a pesar de las advertencias, a subirse en el bus y escuchar? Bienvenido. ¿Los mejores temas? Se recomienda escuchar inicialmente todo de principio a fin. Luego disfrute particularmente de Rinoceronte, Chandoso, 11 Sur y del cover que hacen de Aterciopelados, Hijos del tigre, con la colaboración de la mismísima Andrea Echeverry.

 


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