Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante

Las buenas tonadas de amor no necesitan convertirse en himnos grandilocuentes, ni en colecciones de lágrimas cuyo brillo debe notarse hasta el fin del horizonte. La graciosidad buscada puede ser presentada de manera desordenada, desaliñada, sin necesidad de prosopopeyas o lentitudes melodramáticas. Por momentos, solo basta una sucia guitarra acústica llena de pegatinas y las pocas palabras que llegan en el segundo preciso.

El incansable Carlos Damián Rodríguez, más conocido en unas épocas en los medios musicales como Nekro, ha puesto su proyecto Boom boom kid en modo acústico. Ha lanzado Bien​-​venido: Zona de Descan​-​zo, un álbum de 14 canciones y apenas 23 minutos de duración, donde el tradicional espíritu hardcore del artista no se pierde, yendo directo al corazón con su discurso sin concesiones y vocablos que combinan como en pocas ocasiones tan efectivamente la ternura y la rebeldía. Grabado en Buenos Aires en los estudios Juno, de propiedad de los Babasónicos, y teniendo en las labores de grabacion, mezcla y produccion a Gustavo Iglesias, este disco alberga pequeñas pero efectivas cápsulas muy reverberadas, que en algunas ocasiones parecen escritas como urgentes textos de whatsapp, envueltos en interpretaciones guitarrísticas de alta velocidad, casi como de intérprete country alimentado con anfetaminas. En algunos temas Nekro se apoya en teclados tipo Rhoades para crear colchones sonoros que le suman intensidad a las grabaciones, y en un par de ocasiones acude a la electricidad en las cuerdas, pero en general este es material que parece haber sido grabado en una sola y desaforada sesión, como una instantánea sonora, que espera ser recordada como la muestra de un día específico en la vida del músico. 

Este es un trabajo discográfico genial, con momentos afortunadamente bizarros y con instantes inolvidables como el reflejado en Yoni Cash, rauda tonada homenaje al famoso «Hombre de negro»,  asi como en la  pieza rockanrollera llamada finamente Balada de un original deficiente, y en los minutos finales Desafino y te añoro, un cortísimo corte donde el autor ratifica que su lucha viene desde sus entrañas:

«Seré tu almohada cuando quieras descansar, seré tu luz cuando no la tengas más, seré ese ruido cuando quieras escuchar, y algo más allá de lo que puedas ver con tus ojos». 

En fin, un buen trabajo sin necesidad de alharaca.

 

 

 

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