Por José Gandour @gandour

Fran Straube, artista chilena, dueña y señora del proyecto Rubio, ha anunciado su traslado de residencia a territorio mexicano. Ha dicho en una entrevista en el periódico La Tercera que en su país cuesta tomar riesgos. Ya es hora de jugársela para conquistar al mundo, buscando mercados más amplios, espacios que le permitan consagrarse en la figura que hace rato ha comprobado que merece ser. No insistiremos con lo que hemos dicho en otras notas: Ya ustedes saben lo que opinamos por estos lados. Pero, leyendo esa noticia y, al mismo tiempo, escuchar una y otra vez su nuevo disco, llamado La Pérdida, comprobamos lo que hemos escrito desde hace tiempos: Si alguien puede mostrarle al mundo que en América Latina dejamos, musicalmente hablando, de ver con resignación el avance de otras regiones, y que ahora miramos al cielo como límite, es ella.

La Pérdida es un adelanto de cinco canciones de su próximo álbum, pero es la señal que indica que el afán de Straube es seguir rompiendo moldes, y seguir divirtiéndose con superar y evitar sus propios clichés. Claro, ella tiene su propio lenguaje, sigue buscando en la audiencia el baile seductor, continúa con el malabarismo de efectos vocales, sigue enamorada de la reverberación. Pero en La Perdida, el recorrido de 15 minutos de duración luce como una excitante montaña rusa con los ojos vendados, donde cada canción tiene su propia percepción. Se abre el túnel sonoro con el tema que da título al compilado, donde hay momentos que parecen tomados de una desconocida oración islámica, y luego, al comenzar Oro, el segundo tema, se invita al oyente a integrarse a una ruidosa pero lenta danza, donde la experimentación oral va en distintos grados, que transitan entre tonos cavernosos y punzadas agudas distorsionadas. Luego el espectador debe estar listo para empujar su cuerpo al movimiento desafiante y escuchar la cúspide de este trabajo, Volver.

En Nudo, Straube regresa a la ralentización y parece susurrar a cada uno de nuestros oídos. La tonada crece con la colaboración de Frannie Holder, cantante de la banda canadiense Random Recipe, y por primera vez incluye textos en francés en sus composiciones. El Ep cierra con Tormenta del SXXI, un tema que parece retomar elementos de su álbum Pez, pero, a su vez, se nota que lo suyo en estos tiempos se relaciona con los juegos vocales, donde estira su talento y se mete por lugares inéditos en su carrera.

En fin, La Pérdida, como ya lo dijimos antes, es el adelanto de lo que se viene en un formato más extenso, material que seguramente disfrutaremos en unos meses. Pero mientras tanto, la advertencia está hecha, aquí va la evidencia que Straube y su proyecto Rubio van en su viaje a consolidar su lugar en el panorama musical, en un momento donde buena parte del público del planeta está buscando enamorarse de nuevas propuestas artísticas que inviten a contemplar mundos renovadores y sonoridades que alivien todo el tedio presente.

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