Por José Gandour @gandour

Les propongo un plan: Siéntense en su sillón favorito, conecten su computador (o su teléfono) al equipo de sonido más potente del hogar y, sin importar si el mundo se está derrumbando afuera, simplemente disfruten del estallido cariñoso e intenso del nuevo disco de Los Zapping, La costa del Pacífico.

Con este cuarteto peruano es fácil recordar los buenos tiempos del  rock alternativo de décadas pasadas, porque en sus canciones se sienten notas cercanas a lo hecho por Pavement, The Jesus and Mary Chain y Hüsker Dü,  y a su vez se siente la familiaridad con agrupaciones contemporáneas como El mató a un policia motorizado y otras muestras vanguardistas del continente. En cualquiera de estos casos, siempre se cumple con una particularidad que en extremo agrada: Se percibe la vorágine instrumental en cada una de las grabaciones, pero a su vez el alivio de las melodias pop de las voces que sobresalen para establecer la calma sobre mares turbulentos.

Lo de Los Zapping, en su acento particular que los distingue de sus notables influencias, es precioso en su resultado corrosivo porque, aún en sus momentos más estridentes, expresa una ternura inusual, contagiosa, que nos pide escucharlo una y otra vez, a manera de medicina sónica que alivia las penas del día. Canciones como Alicia Pop, La Culpa y Reptiles admirables, son emocionantes porque su sencilla fórmula funciona: Se trata de expandir el candor low fi que, en aún en las cimas más distorsionadas, nos hace sentir en casa.

La costa del Pacífico es un disco descomplicado, que atrapa inmediatamente, y que merece expandirse entre los oyentes de todo el hemisferio, porque es un mimo con carácter, una pieza de rabia alegre que arropa al espectador con su acidez amorosa.

Desde ya Los Zapping entran en el listado de las mejores grabaciones de 2017. Alistese para oirlos, es tiempo de sonreir, teniendo alrededor el mejor caos sonoro del momento.

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