Sara Rodas es una artista particular. Por un lado está su belleza física bastante peculiar. Su voz aguda se distingue a kilómetros. Su estética visual es oscura pero se diferencia de los referentes habituales usados por aquellos que quieren significar su opacidad con la evidente tristeza. Rodas, con su proyecto Goli, es ferozmente terca en su singularidad, en un mundillo musical cada vez más homogéneo.
Goli presenta su segundo trabajo, El fondo, un compilado de cuatro canciones que acuden a una extraña nostalgia, que se alimenta de texturas contemporáneas, que saben acompañar la afilada cualidad vocal de Rodas y sus intrincadas melodías. Esta producción requiere de un particular esfuerzo para ser oída, pero porque cada elemento que compone este trabajo está puesto ahí para armar enigmas, para crear acertijos. No se la deja fácil al oyente si éste sólo está acostumbrado a lo que suena en los listados radiales, pero, precisamente por ello, en un ejercicio necesario para romper esquemas, este disco merece ser escuchado con atención.