Por José Gandour @gandour
Hace muchos años venimos escuchando esa frase, si, esa: «El rock está muerto». Y es posible que así sea. Hay tanta mala música sonando por ahí colgando de la etiqueta del rock, que por momentos nos olvidamos cuáles eran las intenciones primerizas del género, cómo pretendía cambiar el mundo y consolar a los desadaptados del planeta. ¿Será que hay forma de salvar la idea original? ¿Será que en medio de tanta bulla indie/hipster alguien advierte que hubo tiempos donde al Rock se le sentía la carne y la sangre y se podían descubrir nuevos mundos a través de viajes casi eternos de 7 minutos en promedio? ¿Será que la solución está en retornar a Black Sabbath y otros clásicos para volver a vivir mejores tiempos musicales?
Eso al menos es lo que intuímos que entiende la banda argentina Picaporters. Esta agrupación que (por supuesto!) es de la ciudad de La Plata, ha regresado a las raíces psicodélicas de los años 70´s, construyendo un sonido grueso, áspero, envolvente y sin concesiones, que huele a todos los humos chamánicos del planeta, y, luciendo estallidos coloridos en sus vestimentas, nos anuncia, al menos en esta canción, que la guerra ha terminado (The war is over).
¿Será verdad tanta belleza? Tanta acidez instrumental y la profundidad vocal que la acompaña nos hace pensar que Picaporters puede tener razón. No creo que haya mucha gente de acuerdo con todo este discurso nostálgico que nos ha generado la audición de esta grabación, pero al menos su intensa producción nos confunde felizmente y nos imbuye en un espacio de confianza que nos permite pensar que todavía hay música que puede sacarnos del esquema cotidiano y trasladarnos a mejores mundos.