Por José Gandour @gandour
Para comenzar, digamos algo muy claro: De las bandas independientes surgidas en los últimos tiempos en Argentina, El mató a un policia motorizado es una de las más interesantes y, definitivamente, de las que más suenan en toda América Latina. Su álbum La Dinastia Scorpio recibió las mejores críticas de los medios especializados y sus canciones sonaron con fuerza por todo el continente, teniendo un gran recibimiento de parte del público rockero más vanguardista. La presencia vocal de Santiago Motorizado tiene ese dejo melancólico que convence en la narración de las canciones y el esquema instrumental de la banda es envolvente e hipnótico sin necesidad de mucho artificio. Las viejas grabaciones tienen ese aroma low fi que gusta porque parece ser hecho en casa de manera honesta y desenfadada.
El Mató regresa dando un adelanto de lo que será su nuevo disco, que presentará en el mes de junio. Este ep de presentación, que contiene 3 canciones, se llama El tesoro, y sigue por la misma línea planteada en otros álbumes, pero en esta ocasión se siente una agradable evolución en detalles que pueden acercarlos a un público más amplio. La calidad del sonido mejora, y las mezclas son más amables, sin dejar de ser atractivas en su ánimo arriesgado. La voz principal, que sobresale por encima de lo acostumbrado, es atrapante y, sin perder nunca fuerza, se siente delicada y seductora. La banda, en esa labor de esfuerzo por ser más claro en su mensaje instrumental, logra mostrar el fulgor de sus intenciones, y sin necesidad de ruido sobrante, logra un atrevimiento más atrayente.
Este avance merece ser escuchado múltiples veces: Su primera canción, la que da título al trabajo, es un tranquilo viaje de cuatro minutos y medio donde la banda asume unos juegos vocales nunca antes vistos y que hacen fluir la grabación de un modo agradable y contundente. A este tema, se suman dos sorpresas: Por un lado, Madre, un tema que acude a una ejecución muy «ochentera» del redoblante, al cual se le añade unos delays que crean una textura atmosférica muy particular, que ayuda a destacar la añoranza de la voz, y, sumado a ello, y con sabor de «lado B», un tema instrumental llamado Postales Negras, donde hay cabida a una interesante subida de ánimo, donde hay experimentación con efectos sonoros y teclados inesperados.
El Mató advierte con este adelanto que lo que se viene puede sorprendernos de feliz manera. Aquí se nota que hay conciencia del paso del tiempo, de las experiencias de los viajes y del deseo de sonar cada día mejor. Nadie, estoy seguro, se arrepiente de las ejecuciones anteriores, pero si hay comprensión de que a medida que hay crecimiento, existe la necesidad de asunción de mejores posibilidades. El Mató seguramente vendrá con uno de los mejores discos de este año. Lo que hacen en este momento con El Tesoro, es simplemente advertirnos y prepararnos. La evolución está de su lado.