Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante
En esta ocasión, acudiremos a lo evidente para que el público que visita regular o esporádicamente Zonagirante.com comprenda una verdad de a puño: Los músicos independientes de América Latina están dentro del segmento de los profesionales más vulnerables de la economía en tiempos de pandemia. Son días jodidos para aquellos que dependen de sus presentaciones y el pago de cada actuación en momentos de cuarentena. Muchos no tienen seguridad social, ahorros suficientes para aguantar el encierro o pagar los servicios de su hogar. Esto se los decimos lejos de cualquier provocación de lástima ni mucho menos. Todos estamos pasándola cruda ahora y somos un planeta cubierto por la incertidumbre. Lo que pasa es que llegamos a ese punto en el cual debemos recordar que uno de nuestros puntos de contacto con el resto del mundo mientras estamos aislados es el gran listado de canciones que suena en nuestros parlantes mientras ahogamos el aburrimiento, el desespero o simplemente buscamos la alegría necesaria de cada jornada. Cada uno de ustedes, lo tenemos claro, tiene dentro de la banda sonora de su vida, al menos una banda o un artista que autogestiona sus producciones y que nos emociona con sus temas.
En Zonagirante.com admiramos la buena música independiente del continente y la gran mayoría de nuestros reportajes y artículos contienen referencias a las bandas y solistas que no están vinculados a empresas multinacionales. No tenemos ningún problema con aquellos que gozan de un buen contrato discográfico con las compañías mayores (muchos de nuestros artistas favoritos tienen el privilegio de gozar de ese tipo de apoyos), pero lo nuestro, desde que nos unimos al cyberespacio hace veinte años, se trata de escarbar y descubrir el nuevo talento que trabaja desde sus posibilidades de autonomía. Pero, en esta temporada, estamos empeñados en advertirles cómo están las cosas para ellos y es nuestro interés convocarlos a ustedes a contribuir con una solución dentro de sus posibilidades.
Lo primero, lo obvio: Del tiempo que cada uno de ustedes dedica a escuchar en cualquier plataforma digital la música del día, procure que, al menos, la mitad o un poco menos, sea para oir nuevas propuestas de nuestro continente. ¿Que no sabe por dónde comenzar? Bueno, cada semana nosotros presentamos una playlist de estrenos de todo el hemisferio y todo eso está en los archivos de nuestra página. ¿Quiere ir más allá? Spotify, por ejemplo, tiene espacios destinados a mostrar lo que sucede en la esfera indie y le podemos asegurar que encontrará ahí joyas que nunca se imaginó. De esa manera hemos quedado atrapados con muchos proyectos asombrosos. Así, por poner ejemplos rápidos, encontramos a los chilenos Mantarraya, a la peruana La Zorra Zapata o a la dominicana Jarina de Marco. ¿Quiere descargar y comprar las últimas producciones underground del hemisferio? Entre a Bandcamp.com, donde encontrará mucho material, buena parte fuera de las aplicaciones tradicionales, y adquiera archivos y hasta discos prensados, en formato compacto o en vinilo, a buenos precios y puestos en la puerta de su casa. Y ahora algo más atrevido: Si conoce personalmente a alguno de estos músicos, propóngale armar una campaña de crowdfunding, no necesariamente dentro de las herramientas disponibles que están en la red, para conseguir los fondos para su subsistencia. Si acudimos a la imaginación, seguro que algo saldrá y funcionará.
Mientras todo esto pasa, hemos armado un recorrido de tres horas de duración para presentar 48 canciones que hicieron parte de nuestra selección de mejores temas de los últimos tres años. No incluimos producciones de 2020, porque en unos meses estaremos haciendo la lista de nuestros favoritos del año. La idea es recordar y gozarnos un extenso catálogo de maravillas sonoras que todavía tienen vigencia en la memoria y que merecen ser escuchados en repetidas ocasiones. Son obras procedentes de todo el continente y queremos, una vez más, compartirlos con ustedes.
La música esta viva y nos sostiene en estos tiempos de inquietud y desasosiego. Es hora de reconocer a los responsables de aquellos que nos cantaron para sostenernos en nuestras dudas y ponernos a bailar en los instantes que más los necesitábamos.