Por José Gandour @gandour
Hacer canciones que emocionen, que seduzcan, que invadan nuestros oídos para ser reconocidas en cada una de sus audiciones. Elaborar temas que nos obliguen a hacerlos propios, que nos levantemos y queramos oírlos una y otra vez, porque han calado en nuestro espíritu. Esos son los objetivos de una buena banda pop. La idea no es asumir fórmulas supuestamente exitosas que se repiten sin misericordia en la radio, es más bien dejar el cuerpo en cada composición. Se trata de hacer música creíble, que conquiste por su honestidad, por el cariño que se refleja en cada una de sus ejecuciones. De eso se trata en general toda la discografía publicada por la banda chilena Portugal, y en particular su último álbum Los Antiguos Astronautas.
Portugal hace canciones dolorosas y emocionantes. Temas que, con el histrionismo que exhala la voz de este proyecto, se adhieren a la piel y hacen vivir los segundos que duran las grabaciones de forma intensa. Las letras tienen dramatismo poético y un desarrollo brillante que impacta en su significado. Hay que decirlo: Este es pop hecho con literatura sensible e inteligente. Son letras que no pasan desapercibidas, y que obligan alegremente al oyente a repetir la audición una y otra vez. La calidad de las palabras se siente particularmente en tonadas como Los dolores conocidos, Carnaval, Laniakena, Carnaval y Supervivencia. Además, pocas agrupaciones usan los teclados de manera tan notable y necesaria. Es imposible imaginar el logro de dicha emotividad sin esos pianos, ya que construyen texturas que delatan los estados de ánimo de cada una de las canciones. Insisto: Los Antiguos Astronautas es un álbum destinado a conmover al espectador y sus autores no tienen por qué disculparse por ello.
Después de dos trabajos discográficos anteriores, bien recibidos por el público y la crítica especializada, Los Antiguos Astronautas es el trabajo que seguramente presentará masivamente a una banda que, esperamos, sea escuchada por una masiva audiencia en todo el continente. Portugal, hay que decirlo, es una agrupación digna de ocupar espacios más altos en la memoria del público latinoamericano. Tiene el arsenal necesario para asumir dicha misión.