Alvin Schutmaat y su pandilla, a punta de una mezcla poco habitual de experimentación sonora, en la búsqueda de la textura perfecta, y un acercamiento bizarro al pop, ha logrado en su nuevo trabajo discográfico un balance interesante que se agradece en tiempos de propuestas musicales demasiado obvias. Esta agrupación bogotana, reconocida en el ambiente alternativo de su ciudad por su anterior álbum, 6:15, ha descubierto que existe el idioma castellano y lo ha incorporado a sus canciones y lo ha sabido combinar felizmente con el inglés. El bilingüismo funciona mejor y hace más atractivos los temas.
¿A que suena Schutmaat trío? Algunos podrían pensar que hacen la banda sonora de un cabaret oscuro, otros quizás se atreverían a decir que sus canciones parecen producto de un laboratorio sonoro con ganas de llegar al público a través de un esfuerzo inteligente de comprensión musical. Escuchar a Schutmaat Trío no es una labor facilista, requiere esfuerzo, pero la labor vale la pena.
Lo mejor: Bufón, una composición que propone una sensible montaña rusa de tres minutos y treinta y nueve segundos de duración.