Por José Gandour @zonagirante

Hoy hubiera cumplido 50 años. Si hubiera llegado vivo a estos días, Kurt Cobain hubiera podido  con su banda Nirvana haber hecho más canciones desgarradoras, y quizás así haber disfrutado de la categoria de «clásico», mientras caminaba por alguna calle del estado de Washington.  Cosas de la imaginación.

Si entramos en las tontas especulaciones (soñar e inventar pendejadas es gratis), Cobain quizás hubiera podido abandonar su status de rockstar y, sin adoptar decisiones radicales de existencia, hubiera desaparecido de la faz de los medios, y, copiando a J.D. Salinger, se hubiera ocultado en una mansión perdida en algún bosque del oeste norteamericano. Hubiera podido haberse separado de manera definitiva  de su catastrófica  esposa Courtney y más bien hubiera podido disfrutar momentos de ocio con su hija Francis Bean, con quien tendría fabulosas peleas de padre con adolescente incomprendida.

En el más extraño de los casos, posiblemente habría aceptado, como otras desquiciadas celebridades,  hacer una canción a dúo con Tony Bennett, y, cansado de lucir como rebelde abandonado a su suerte, cambiaría el look grunge de los 90´s y adoptaría algo más formal, comprando una que otra corbata-  Sólo estamos alucinando, pero quizás,  como hemos visto en tantos músicos que envejecieron y se conformaron con el mundo que les rodeaba, a Cobain se le vería en diferentes transmisiones deportivas, sentado en su palco de honor, viendo a los Seattle Mariners, no porque le gustase el beisbol, sino porque de vez en cuando vendría bien rodearse de las masas y recordar ese amor y admiración que otros sentírían por su figura.

Es probable que, si Kurt Cobain siguiera vivo y no hubiera decidido suicidarse aquel 5 de abril de 1994, a los 27 años de edad, recordara con cariño sus tempranas presentaciones en Iguana´s, local para rockeros adolescentes en Tijuana o la ya multitudinaria fecha en el estadio de Velez Sarsfield, Buenos Aires, al lado de Los Brujos. Quizás, con los nuevos dineros para conciertos en América Latina, hubiéramos visto  a su banda en Colombia, en Perú o en Chile. Quizás, en medio de sus presentaciones, nos hubiera podido decir «yo un día estuve a punto de quitarme la vida, tenía la escopeta frente a mí, pero luego caí en cuenta que quería conocerlos y por eso me quedé». La verdad hubiera sido mejor que Cobain hubiera tenido ese momento cursi y se hubiera quedado con nosotros.

Para recordarlo a cincuenta años de su naciomiento, traemos 4 covers de sus canciones hechos por proyectos latinoamericanos. Una venezolana (Georgina), y 3 barsileños: Detonautas Roque Club, Gomes do 8, y el gran Caetano Veloso.

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