Por José Gandour @gandour

Foto Julian Gaviria

Se agradece cuando algunos de los exponentes del hip hop colombiano escapan del cliché de jugar a lucir como malos de barrio y dejan de celebrar la miseria del ambiente, sumándose, sin dejar de ser críticos y más bien agregando inteligencia a sus intenciones, a la expansión del sabor y la celebración de la vida. Lo que hace Alcolirykoz es saber llegar a las crecientes masas a punta de buenas canciones, buen humor y un cuidado ineludible del sonido impecable impuesto en cada una de sus canciones.

Escuchar Tararea, su último sencillo, es sentir las buenas vibras del rap de tiempos de De La Soul o Run Dmc, sin dejar de sentir ese espacio propio de lo latino, de Medellín su ciudad natal, con el peso de la percusión que invita y obliga a bailar, combinado a la audacia de sus letras. Pocos proyectos del género en América Latina tienen esa capacidad de hacer vibrar al oyente, logrando un sonido popular sin caer en la trampa de las argucias sonoras de los estrategas de las modas actuales. Alcolirycoz hace canciones de contenido contestatario en un contexto contagioso y superador.

El video de Tararea fue hecho en Miami, bajo la dirección de Julián Gaviria y está planteado de una manera audaz y divertida, jugando con astutos movimientos de cámara y puestas en escena entretenidas. Sabe además plantear las dos partes del tema: La parte principal, la divertida, a pleno color y el final oscuro, en provocativo blanco y negro. La edición es ágil y bien cuidada e imprime sagacidad al resultado.

Alcolirykoz es un proyecto que pide la pista para que sus canciones sean escuchadas en todo el continente. Su invitación es cada vez más pertinente y debe ser atendida por aquellos que buscan propuestas frescas y de sonido contundente.

 

 

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