Si hay un rockero que tiene clara la utilidad de la vanguardia videográfica es el panameño Cienfue. Si ustedes recorren su catálogo de clips desde el comienzo de su carrera notarán que algunas de sus piezas pueden estar dentro de lo más destacable hecho en esta materia en América Latina. Y no es una cuestión de tener muchos recursos económicos o técnicos a su lado. Es su compromiso con el buen quehacer de la imagen, ubicándola en todo momento a su lado, a su favor. Es un esfuerzo estético de quedar siempre en la memoria del espectador, de ser buscado por las mejores referencias visuales, que, además, saben complementar su destacable labor musical.
En esta ocasión, Cienfue estrena Dulce como ninguna, una fascinante combinación de psicodelia rockera, de letra bolerística, sumada a una memoria autóctona que nos lleva a esas viejas piezas de la cumbia selvática peruana y, como cereza del pastel, una sobria cantidad de cálidas texturas electrónicas que completan este delicioso plato de sabores sorprendentes. Y como hay suficiente color en la canción misma, el video (una sabia decisión) se edita en blanco y negro, haciendo de la luna y el viento exactos protagonistas en movimientos inesperados.
Cienfue vuelve a hacerlo bien, y desde ya podemos decir que este es uno de los mejores trabajos videográficos de este año.