Por José Gandour @gandour
Está claro que, como en cualquier género, en los espacios del pop electrónico, uno puede seguir las reglas siempre variantes del mercado, buscando el reconocimiento inmediato del público que está sintonizado o, por el contrario, se puede correr por caminos alternativos, buscando la propia gloria o pagar el precio del ostracismo. El proyecto argentino Enero será mío, quizás imaginando entre sus manos un machete imaginario, ha ido construyendo ruta entre la maleza en busca de su particular Shangri La, construyendo lenguajes vocales diferentes y acudiendo a oscuras percusiones que juegan más a imprimir su intensidad en los oídos de los oyentes por encima de la obviedad de los conteos comerciales. Su música invita a participar en peculiares ambientes, y descubrir mundos de características singulares, corriendo el riesgo de que algunos rechacen esos parajes por sentirse en territorios desconocidos.
Su propuesta visual asume el mismo juego. Su último video, Fx, es una sucesión de desnudos insinuantes cuyos movimientos son delicados y desafiantes en su tranquilidad, donde sus siluetas se combinan en una fina edición de sombras y formas, para marcar vehementemente el tiempo de la canción. Lo hecho por Enero sera mío no tendrá un registro record de visitas en Youtube, pero si puede llamar la atención del público especializado, que busca nuevas perlas en el panorama musical.