Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante
Chelo La Cabra – Vida Real
Desde Medellín, y con la producción musical de Juancho Valencia (Puerto Candelaria), viene un nuevo talento al cual nos atrevemos a anotar en nuestra lista de artistas recomendados a los cuales no les podemos perder la pista. Chelo La Cabra nos trae una nueva forma de vincularnos a la música urbana, con su mezcla de hip hop, pop, blues y soul. Chelo, desde temprano, expone una interesante identidad propia, donde su profunda y muy particular voz se siente sincera a la hora de contar detalles de sus orígenes y de su vida, la cual, en el video, presenta en compañía de sus familiares mas cercanos y mostrando los archivos fílmicos que comprueban su historia. No sería exagerado, viendo la alta calidad de su propuesta artística, afirmar que pronto la veremos en muchos escenarios internacionales.
Tatobox – Anestesiado
Eduardo «Tato» Cedeno, venezolano residente en Nueva York, ha hecho una canción rockera de un poco más de siete minutos que, al contrario de lo que se pueda pensar, es redonda y se sostiene a lo largo de su extensa duración. Más que una tonada de construcción tradicional, parece himno que lucha contra la tendencia de nuestros tiempos, donde todo luce en su tamaño justo y empacado al vacío. Para ilustrar esta grabación, el mismo Tato ha montado un video ecléctico con elementos personales, imágenes espaciales y violentos archivos históricos, que, nombrados así, puede sonar a mezcla caótica, pero en su conjunto, dan una mayor coherencia a toda la obra audiovisual. En fin, amigo espectador: apenas son siete minutos, disfrute de este cortometraje musical y métase en la película.
Lagartos en el abismo – Perdidos
La cámara tiembla durante tres minutos y cuarenta y pico segundos, pero todo hace parte de lo trepidante de la acción de este clip, hecho para que en conjunto, música e imagen, sirvan para llenar a la audiencia de adrenalina. No hay un solo segundo de descanso en esta intensa exposición de este trío mexicano, que en su brillante exposición de garage rock, y sin necesitar de grandes recursos (apenas una cámara y un camarógrafo capaz de aguantarle el paso a la carrera de los protagonistas) logra crear la tensión suficiente como para que el aficionado se identifique con lo que ve en pantalla, y, al mismo tiempo, con la banda sonora de esta sencilla pero contundente historia.