Por Equipo de Zonagirante.com @zonagirante

Las NubesTararear 

Comencemos este conjunto de reseñas hablando de nuevo buen ruido procedente de la ciudad de Miami. Llama la atención que en una de las capitales mundiales del perreo y del baile tropical tenga sede esta llamativa banda latina, de fuerte presencia femenina, de sonido corrosivo y brillantes exponentes del low fi. El primer recuerdo resonante que nos traen a la cabeza nos hace imaginarnos a J. Mascis, (de la legendaria banda Dinosaur Jr.) tomando vacaciones ruidosas frente al Caribe. Una muy agradable sorpresa, que nos enamora con su particular distorsión guitarrera y la mezcla particularmente oscura de sus voces. Otra curiosidad: Este video ha sido hecho en las calles de la Ciudad de México, sin mayores pretensiones cinematográficas, salvo reflejar una divertida velada de patinetas, en medio del tráfico de la urbe. Igual, el resultado ayuda a entender aún más a la agrupación.

Ela Minus El cielo no es de nadie

Continuemos nuestro viaje y subamos a la ciudad de Nueva York, para encontrarnos con esta destacada artista colombiana, que últimamente ha llamado la atención de los más prestigiosos medios especializados, por sus galantes grabaciones de corte electrónico, hechas para ser disfrutadas en la pista de baile y en otros espacios de reflexión. Este es un clip que, visualmente, tiene como base un movimiento constante de la cámara, marcando intensamente el ritmo de la canción, enfatizando aún más la vehemencia de la tonada con la delicada y precisa edición de la realización, que crece a partir de la decisión de usar como tabla de colores los límites establecidos entre el blanco y el negro. Más concentrada en el mercado norteamericano, igual esperamos de esta bogotana tenga su oportunidad de seducir un amplio público latino, que ojalá pueda disfrutar del trabajo de este nuevo ícono de la música contemporánea.

Míster RamírezNo lo sé

Ahora bajemos a la localidad de Beccar, en la provincia de Buenos Aires, para disfrutar de un himno pegajoso que merece sonar en cualquier reunión familiar (a la espera de la apertura real de los bares), y ser coreada por muchas voces, especialmente en el momento que este cantante argentino dice «Todos quieren ir al cielo, pero nadie quiere morir». Claro, suena esperpéntica esa imagen, pero la verdad es que tenemos al frente un hit indudable, con guitarras contagiosas que nos sacuden hasta la necesitan de bailar (el solo lo hizo Lula Bertoldi, de Eruca Sativa), combinadas en pantalla con una cantidad de imágenes muy variadas que confluyen en una edición sucia pero efectiva. Es un temazo, sin duda.

 

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