Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante

Maiguai Trippy Astral

Este dúo de sonido electro tropical rockero radicado en Bogotá, luego de mostrarnos su faceta más alegre y fiestera con otros temas, ahora nos descubre su lado más oscuro y psicodélico con una pieza audiovisual de cinco minutos. El clip, hecho por su cantante, Marisol Arévalo, es una suma ecléctica de elementos de animación y fotografía en movimiento, donde, a punta de capas coloridas que se sobreponen entre sí, se va pintando un ambiente que invita a la reflexión y a la nostalgia. Para destacar la ingeniosa edición y combinación de texturas de distintos orígenes que danzan frente a los ojos del espectador, marcando el ritmo de la canción de manera hipnotizante. Buen trabajo.

ElmalamíaQuieres más

Seguramente vamos a escuchar bastante a partir de este momento acerca de este músico, ya sea por su particular imagen, su peculiar sonido, o por su novedosa técnica vocal. Lo suyo (al menos lo que se escucha en esta tonada), si nos apresuraran para definirlo, nos tocaría ponerlo en una curiosa frontera entre una curiosa acometida del folclor guitarrero acústico con intenciones de edición sonora cercana al trap y al hip hop. Si, se vuelve difícil de identificar, y más cuando se suma el canto claustrofóbico del intérprete, cuya dicción se cierra al extremo y por momentos se cruza como un instrumento más en la mezcla. Todo es llamativo en este chileno, que sabe tomar el misterio como la base de su propuesta. Además, hace mucho tiempo no veíamos un video donde el protagonista estuviera presente el 100% del tiempo frente a la cámara. En fin, aquí hay mucho para conversar.

Blanco TetaMerci Bocu

Respire profundo antes de iniciar este clip. Lo que viene a continuación sólo dura un minuto y catorce segundos, pero le exigirá un esfuerzo físico y mental para meterse de lleno en la película. Si está buscando banda sonora para sus momentos más anárquicos, para aquellos en los que quiere salir a la calle a sacarse toda la bronca sin perder la sonrisa; si quiere saltar ante la parsimonia del resto de la humanidad, casi con deseo de poguear con las paredes, esto es lo suyo. Con un cortísimo presupuesto pero con un sentido estético muy claro, esta banda argentina salió una noche a crear terror en el barrio y resultó con una pieza videográfica muy divertida, que da imagen a su estallido de gritos contagiosos. Setenta y cuatro minutos de adrenalina pura, un agitado ejercicio que cae bien en nuestros cuerpos en cada momento de desaliento.

 


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