Por José Gandour @gandour
Hace un buen tiempo que no veíamos un video que jugara tan intensa y acertadamente con la simbología. Un clip donde, si uno acepta el juego, descubre en muchos de sus espacios visuales un montón de mensajes que complementan de manera adecuada y emocionante el argumento que propone la canción. El cantautor Jorge Drexler presenta su tema Movimiento y sabe promocionarlo inteligentemente con un producto audiovisual que sacude al espectador con su discurso sobre la inmigración.
Las metáforas a las que acude la realización evitan totalmente la obviedad. Drexler, un uruguayo universal, residente en España y navegante orbital constante, en lugar de usar el drama de las imágenes evidentes, usa horizontes diferentes para enaltecer los viajes forzados y voluntarios de aquellos que cruzan las fronteras para buscar otros espacios de supervivencia.
Comienza el clip en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua, México, donde residen los Rarámuri, «los de los pies ligeros», y ahí se ve a una mujer ganadora de una competencia especial de 100 kilómetros de recorrido, vestida de manera tradicional, que inicia una carrera de largo trayecto seguida de manera espectacular por un dron que no la pierde de vista y capta de manera especial el complejo paisaje que recorre. A su vez, Drexler, desde Madrid, usa un precioso espacio, la biblioteca del Instituto del Patrimonio Cultural de España, para utilizar la circularidad del edificio y la escenografía de los miles de libros exhibidos, para transmitir la bella sensación de los viajes que la lectura genera en nosotros. El trayecto también es mental, es intelectual. El movimiento se puede medir en kilómetros, pero también se puede medir en términos imaginarios. La combinación de los diferentes panoramas excita y conmueve. La traslación de cada vista planetada contiene como tesoro la metáfora requerida, mientras el cantante dice insistentemente en el coro «Yo no soy de aquí, pero tú tampoco».
Movimiento, sencillo promocional del disco Salvavidas del Hielo, presenta en su video la obra de un artista maduro y sensible que no necesita exagerar en sus maneras para sensibilizar al oyente y hacerle comprender el mensaje. Drexler sabe comunicarse con su público y eso, en estos tiempos, se agradece. Esta obra es una buena puerta para entrar y conocer un agradable álbum, digno de ser escuchado en repetidas ocasiones.