Por José Gandour @gandour
Después de 21 años de carrera, La Etnnia sigue marcando la diferencia. Si hay alguna agrupación colombiana que ha comprendido el valor de ser realmente independiente en sus labores y las posibilidades que se generan a partir de esa decisión, es este trío. Sin La Etnnia, me atrevo a decir, el hip hop en Colombia no habría tenido mayor relevancia en el panorama musical o, en el menos dramático de los casos, hubiera tenido un desarrollo más lento, más torpe, y con menos argumentos para sobrevivir. Su mérito no sólo está en el campo musical sino en el terreno empresarial, tomando constantemente un riesgo que otros no asumen y obteniendo resultados que pocos pueden decir que han conseguido.
Su nueva aventura es un cortometraje de lograda factura, con fina fotografía y llamativo argumento. Desconectado es una producción audiovisual de once minutos donde se usan dos canciones de la banda, Bandido Virtual y Quítate la Máscara, para plantear una historia de falsedades, soledad y violencia en pleno centro de Bogotá, con personajes oscuros de pasado incorregible, usando una estética mezcla de intenciones cyberpunk y la temible urbanidad colombiana. La Etnnia, sin abandonar su discurso, ha tomado una ruta visual que rompe el molde tradicional de otros artistas hip hopperos locales, y ha obtenido un producto de alta calidad que marca un nuevo camino. La verdadera autogestión vuelve a ganar aplausos.