Por José Gandour @gandour
La escena musical colombiana tiene ejemplos interesantes de experimentación sonora, donde se logran fusiones entre los géneros más intensos del rock con ritmos autóctonos del interior del país. Hay instantes en los cuales la nostalgia tradicional del bambuco o el torbellino se combinan efectivamente con la cadencia del metal progresivo. Buena parte del repertorio de la agrupación colombiana La Malasangre tiene esas intenciones y logra obtener un buen desenlace en sus composiciones.
En la promoción de su nuevo álbum, La Malasangre ha decidido presentar un video de dimensiones cósmicas. Su nuevo clip, Contracorriente, es un fino trabajo de fotografía y animación donde los responsables de la pieza visual juegan con la espacialidad de la canción y la representación de un cosmos invadido por Karen Castiblanco, vocalista de la banda, vestida de cosmonauta. Las imágenes tienen un desarrollo atractivo que logran, en medio de la vehemencia del audio, una fascinación dramatica, construida con simples gestos de la protagonista, usando su rostro como pantalla donde, en medio de su simulación de vuelo, se reflejan animales de aspiración mitológica que la acompañan en su travesía estelar. El ambiente concebido seduce y permite atrapar la atención de espectador de forma ininterrumpida. El video sabe potenciar la fuerza del tema y logra llevarlo a un nivel superior de interés donde propios y extraños no dudarán en dejarse enganchar por este buen trabajo.
El video de Contracorriente tiene suficientes elementos para llamar la atención de los espectadores que escudriñan las redes tratando de hallar sorpresas audiovisuales arriesgadas. Con esta producción, la pretención de La Malasangre de alcanzar mayores audiencias seguramente se cumplirá.