Sorprende que Massacre, una banda de tres décadas de historia, siga ubicada en la vanguardia del rock argentino. Una banda que podríamos decir que vino al tiempo que volvió la democracia al país austral, sigue , después de tanto tiempo, proponiendo con riesgo y valentía el rumbo de la música joven. Y su interés por marcar nuevas rutas no sólo se suscribe al ámbito musical, su imagen es atrevida y no da concesión a confusiones. Eso lo podemos confirmar viendo su nuevo video Niña Dios, un collage de escenas que simular provenir de la televisión basura y que le suman intensidad al ritmo de la canción. Una edición impecable que sabe añadir confusión para impedir que desviemos la mirada de la pantalla.
La propuesta de Massacre no es nada inocente, es provocativa y sigue, con todo y el paso de los días, siendo mucho más creíble que muchos de los proyectos que tienen pocas horas de existencia y quieren enseñarnos a ser rebeldes sin saber cuál es la esencia de ese cometido.