La mayoría de ustedes es demasiado joven para recordar algunos programas de la época disco, especialmente los provenientes de canales europeos, donde, a fuerza de lo que era la «nueva tecnología» de ese entonces, los videos eran editados por algunos abusadores del color, que imprimían con tendencia catastrófica cada escena del producto. Era su esfuerzo lisérgico de causar sensaciones psicotrópicas en los espectadores y, quizás, también para disimular la gran diferencia que había entonces entre lo que se hacía en video y lo que se lograba en el costoso formato cinematográfico.
Muchos años después, una banda oriunda de Beccar (Buenos Aires), llamada Bandalos Chinos, nos presenta su primer clip, Nunca estuve ahí y recurre a esta estética de la exageración para contar la historia de una pareja de ladrones que recorren en su auto las calles de la capital argentina, buscando saciar su necesidad de emoción y violencia. La música de Bandalos, cercana al electropop, combina interesantemente con la propuesta gráfica, logrando recuperar viejas texturas para nuevas pesadillas dramáticas. Puede que haya llegado la hora de celebrar el abuso visual.