Por José Gandour @gandour
La sencillez se agradece y más si trae resultados brillantes. El uruguayo Rodrigo Odriozola, quien desarrolla su carrera como solista bajo el nombre de Toto Yulelé, la tiene claro en ese sentido. En la parte musical, para hacer un tributo a su ciudad, de nombre Montevideo así, se apoya en percusión, algo de guitarra acústica y un buen uso de sus aptitudes vocales. En la parte visual, llama a unos amigos, reparte unos audífonos, y ahí no más, a bailar y a reir frente a la cámara. Simple, sin demasiadas arandelas. Como a veces soñamos que la vida debería ser.
En medio de semejante sencillez, un detalle encantador: el uso que se hace en edición de ese segundo de carcajada de una de las bailarinas. Ese momento es mágico y muestra lo verdaderamente descomplicado del proceso. Un día de diversión que trae como consecuencia un video que merece ser visto de manera repetida por todo el continente.