Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante

Ha iniciado el toque de queda y quien salga de sus casas corre el riesgo de caer baleado. Todos están mirando desde sus ventanas, temiendo una noche sangrienta. Han visto a los pacos envalentonados recorriendo las calles imponiendo la ley del terror. De repente una voz. la soprano Ayleen Jovita llama la atención de todos. Comienza a cantar y todos callan. Quien la oye siente paz, eso era lo que necesitaba escuchar. Chile no está en guerra, como pretende hacer creer su presidente, ni está sufriendo una invasión alienígena, como difunde su esposa, quien advierte a sus amigas que hay que restringirse en sus privilegios personales. Casi el uno por ciento del PBI de su país le pertenece a su marido, y ahora se siente amenazado por su pueblo. Ha soltado los perros contra la gente para sentirse más seguro en su silla.

La soprano termina su interpretación desde su balcón y todos aplauden emocionados. Insisten: Chile no está en guerra, todos deberían estar más tranquilos al escuchar el canto.

Los músicos chilenos, especialmente los que están del lado autogestionado de la economía, quieren el diálogo, saben que tienen que venir cambios profundos o, si no, todo se va al carajo:

«Ante los acontecimientos de los últimos días en Chile, como Asociación Gremial de la Industria Musical Independiente de Chile, IMICHILE, adherimos a los movimientos ciudadanos y reconocemos la necesidad urgente de llevar adelante cambios profundos en el Estado que sintonicen con la sociedad chilena y se hagan cargo de la enorme desigualdad e injusticias que aquejan a nuestro país. Reclamamos el derecho de vivir en Paz. Apoyamos y somos parte de los hombres y mujeres que buscan igualdad y justicia social, lamentamos las víctimas y fallecidos y apelamos a que impere el respeto, el sentido común y la civilidad. Condenamos los abusos y violaciones a los derechos humanos, la violencia y los actos de delincuencia que se han cometido en estos días y exigimos que el Gobierno se comprometa a dar respuesta a las demandas ciudadanas, que termine el tenor bélico de su discurso y que retire al ejército de las calles. Por último, llamamos a nuestros colegas, al mundo artístico y creativo, a ser parte de los cambios que se necesitan para que estos acontecimientos sean el inicio de un proceso que convierta a Chile en un país justo».

Insistimos: ¿Ustedes ven señales de guerra en este comunicado?.

Mientras viene el cambio, suena todo para que el ruido tape las voces del Establecimiento. Vemos a a Claudio Valenzuela, cantante de Lucybell, junto con muchos de sus compatriotas, enfrentando en protesta pacífica a las fuerzas del orden. Vemos a Camila Moreno, con su hijo en brazos, alentando a no desfallecer en la marcha. Vemos a Mon Laferte, a  Fran Straube, Carolina Nissen, Yorka y tantos otros artistas pidiendo en video el fin del estado de emergencia y la presencia de milicos acosando a la población civil. Los manifestantes recuerdan entre sus cánticos las letras de ¿Por qué no se van?, de Los Prisioneros. Y bailan, porque esa es su forma de expresar su necesidad de cambio. Chile no está en guerra. Hasta un alto militar en declaraciones públicas a la prensa lo ha dicho, inspirado en el brillante filósofo mexicano Chapulín Colorado, «que no panda el cúnico». 

En Zonagirante.com siempre hemos creído en el valor de la música chilena y por eso, a lo largo de nuestro archivo hemos podido exhibir el buen momento artístico que se vive en el país austral. Ahora, aunque seamos un medio de pequeño tamaño, nos queremos unir a sus reclamos políticos y sociales. Estamos del lado de ustedes. Sigan así que todo el continente los está apoyando. Sigan haciendo sonar sus voces, desde los balcones, desde las calles, desde los escenarios. Lo suyo no tiene nada que ver con las alucinaciones violentas de su presidente ni de su esposa.

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