Por redacción de NTD.la

(Nota del editor: Al acudir nuevamente a los archivos de nuestros hermanos de NTD.la, encontramos esta nota sobre la historia de esta pieza balnearia tan excitante y controvertida, y, cómo no, tan política en sus causas y consecuencias. Hemos recuperado este texto para todos ustedes, y añadimos una playlist construida con algunas de las mejores voces brasileñas de todos los tiempos). 

Si bien el calzón al estilo taparrabos data de la prehistoria, hay que precisar la adopción moderna de este corte de moda en la década del 70 entre el sol y la arena de los balnearios de Ipanema.

Ya en años de la Antigua Grecia se vieron las primeras prendas destinadas al chapuzón. También en Roma, alrededor del siglo III a.C., hombres y mujeres elegían su ropa especial para meterse al agua. Sin embargo, los modelos de corte y confección de la época eran muy diferentes a los de ahora. La tanga tardaría unos 2300 años en imponerse. Su inmediato antecesor fue la bikini. Este traje de baño debe su denominación a las pruebas atómicas que los Estados Unidos hicieron en las islas del Pacífico que llevan el mismo nombre, pero su uso se popularizó en la década del 60 cuando por primera vez se lo pudo ver en películas como las de Brigitte Bardot, Marilyn Monroe y James Bond.

La revolución sexual ya había comenzado, pero en América volvían las dictaduras. El cuerpo debía mostrarse poco para no alterar el orden público. Ya el uso de la bikini era sumamente provocador, en el mundo y en América Latina, pero no tanto en las playas del Brasil. Según cuentan los expertos en moda, las garotas de Ipanema comenzaron a reducir el tamaño de la parte inferior del bikini a través de cortes a tijera o envolviendo la tela hacia adentro. Esa tendencia fue viralizándose de a poco entre las jóvenes cariocas y tomó un fuerte impulso cuando en 1974 Ricardo Amato, un fotógrafo top del momento, retrató en la playa a su modelo favorita. Rose di Primo llevó así a la tanga a las portadas de las revistas.

No tardó mucho el diseñador italiano Carlos Ficciardi, radicado en Brasil, en ponerse a producir el modelo para el mercado local. Sus nuevas prendas, coloridas y estampadas causaron una verdadera revolución. La prohibición de la tanga en Brasil duró menos de dos años debido a la fuerte presión social. Sin embargo, la Iglesia y la dictadura brasileñas se vieron horrorizadas y promovieron una prohibición del uso de esta prenda en todo el territorio nacional. Pero ya era tarde. En tan solo dos años, los balnearios se regaron de tangas de todos los colores. El decreto tuvo que ser abolido en 1976.

El nombre «tanga», según afirman los estudiosos, tiene su origen en la selva amazónica. Tanga es un vocablo perteneciente a las lenguas tupíes que hablaban los indígenas que ocupaban esa zona del noroeste brasileño y que se usaba para referirse al taparrabos. Esta versión se contrapone a la de aquellos que ubican al origen del término en la palabra ntanga, que en la lengua africana kumbundú significa cobertura.

Más allá de la discusión sobre el nombre, está claro que la vanguardia en el uso de esta pequeña prenda fue Brasil: primero adoptada por las garotas, pero después también por los garotos que, sin prejuicios y desde entonces, no dudan en calzarse la sunga o tanga masculina, ni bien el calor lo justifique.

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