Por equipo de redacción de Ntd.la

(Nota del editor: Hemos encontrado otra increíble historia en los archivos de nuestros hermanos de NTD.la, contando las aventuras de un maravillo personajes, al cual, además, hemos querido honrar con una playlist de 13 canciones llenas de elixir embriagante y buen sonido. Bienvenidos!). 

A mediados de la década del 50 la radio y la TV se disputaban la presencia de Santiago Policastro, un hijo de inmigrantes italianos que había nacido en 1911 en Buenos Aires y que llevaba el pomposo título de Campeón Mundial de Cocktelería: un trago que bautizó “El Pato” lo había hecho merecedor del título en el certamen de Suiza 1954. El propio Juan Domingo Perón lo recibió en su despacho y lo describió como «un argentino que hace patria».

Policastro era toda una celebridad del jet set local. Tenía varios locales nocturnos en Buenos Aires y Mar del Plata, se codeaba con estrellas del cine y la canción, y había participado del film Vida Nocturna con Tato Bores, Olinda Bozán y Hugo del Carril. Por su aspecto de galán de película y sus modales refinados se ganó el mote de “Barman Galante”. Así se presentaba en Casino Phillip, el primer programa de entretenimientos de la TV argentina que se emitía por Canal 7.

Aunque “Pichín” -como él mismo se hacía llamar- no se interesara mucho en la política, había tenido la oportunidad de viajar por el mundo de la mano del entonces Ministro de Comercio Exterior Antonio Cafiero, que organizó una serie de ferias en distintos países para mostrar la industria argentina. Pichín iba en representación de los licores de Argentina.

Según cuenta el propio barman en una carta, durante una de estas ferias en Alemania le tocó prepararles a los representantes de Moscú unos cocktails temáticos: “me recorrí medio Londres para encontrar una tornería que me hicieran en latón la hoz y el martillo, que puse sobre una base de cáscara de naranja, para que flotara sobre el cóctel rojo. Cuando los rusos se acercaron y vieron el trago “soviético”, les encantó”. Luego de este episodio, el diario La Razón publicó una nota que la que destacaba que “lo que no consiguió el embajador Delisi con la diplomacia, lo consiguió Pichín con los cócteles”.

Una vez de regreso en Buenos Aires, Pichín recibió varias llamadas de la oficina de la Presidencia de la Nación. Y aunque en un principio creyó que se trataba de algún tipo de broma, finalmente accedió cuando la voz del otro lado del teléfono le dijo “El presidente quiere hablar con Ud”.

Policastro estaba nervioso el día que se encontró con Juan Domingo Perón. Desconocía el motivo de la cita y decenas de ideas de todo tipo ocupaban su imaginación. Sin embargo, cuando entró al despacho, Perón lo recibió con un “Mi querido Pichín, lo felicito… ¡usted es uno de los argentinos que hacen Patria!”. Y luego de conversar un rato, el presidente le consultó qué necesitaba para seguir haciendo su trabajo como lo venía haciendo hasta aquel momento. Ni lerdo ni perezoso, el barman le respondió: “Necesito un barco”.

La idea era bastante ambiciosa: viajar por América y llegar hasta Estados Unidos llevando tragos y vinos argentinos en una iniciativa mixta. Así, el gobierno promocionaría el periplo y los empresarios del sector licores y vinos sumarían sus productos. En cada parada, la embajada argentina debía organizar una reunión con importadores a los que se les presentarían las distintas bebidas de nuestro país. Así se hizo: en junio de 1955 partió en un viaje de un mes recorriendo la costa Atlántica y Caribe del continente, llegando finalmente hasta Nueva York. La iniciativa fue un éxito comercial.

Pero al regresar a Buenos Aires, el golpe de Estado había sucedido y la llamada Revolución Libertadora que había derrocado a Perón lo acusó de ser un “barman peronista”. Aunque Policastro intentó responder que no tenía ningún tipo de vínculos con el gobierno derrocado, debió exiliarse para nunca más volver a Argentina. Residió varios años en Venezuela y llegó a ser Gerente de la tradicional fábrica de Ron Pampero. Después fundó varias asociaciones de Barmans, entre ellas las de Venezuela, Puerto Rico y República Dominicana, afianzándose en su rol de Barman de escala internacional. Incluso hoy, el premio panamericano de Bartenders organizado por la asociación internacional que nuclea a los cocteleros regionales lleva el nombre de Santiago Policastro.

Entre sus creaciones más famosas hay que mencionar “El Clarito”, un cóctel seco a base de gin que ocupó durante décadas el primer puesto del podio de los tragos nacionales. El propio Pichín aseguró que con el Clarito había logrado “interpretar el paladar del bebedor argentino”.

EN 1950 publicó “Tragos Mágicos”, un libro que además de contener recetas y opiniones de personajes famosos con los que se codeaba Pichin, tiene una Decálogo del buen Barman:
I. El barman es un artista y la cocteleria un arte que se nutre de espíritu, sabor, aroma y color.
II. La misión del barman es alegrar, no embriagar.
III. Haz del cliente un amigo y no del amigo un cliente.
IV. No ofrezcas nunca una copa sin una sonrisa.
V. Habla lo necesario, no escuches lo ajeno y olvida las confidencias del amigo.
VI. Sé el más limpio, el más elegante, el más cordial, el más fino, en todo momento y en todo lugar.
VII. No hagas trampas con las bebidas ni juegues con la confianza de tus amigos: sírveles siempre lo mejor.
VIII. Sé paciente con los que te ayudan en el bar, enséñales tu oficio con amor. No los engañes.
IX. Lleva encendida la solidaridad profesional y no permitas que nadie la quebrante.
X. Siente el orgullo de ser Barman, pero merécelo.

Santiago “Pichín” Policastro, el llamado Barman Galante o Barman Peronista murió en Miami en 2010, a los 98 años.

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