Por David Stewart @MigrantMotel
Nota del editor: En 2017, David Stewart, un peruano, y Chava Ilizaliturri, un chilango, se unieron para crear Migrant Motel. Aunque ambos son de América Latina, se conocieron en Boston y empezaron a hacer música en inglés. Pero ahora han decidido dar un giro y volver a sus raíces latinas, así que están creando canciones en español. Su último álbum, El Juez y la Furia, refleja perfectamente lo que quieren transmitir. David y Chava buscan recuperar ese sentimiento de hogar que se siente al mirar hacia atrás y recordar de dónde vienes. Para lograrlo, no solo cambiaron el idioma, sino que también incorporaron expresiones y regionalismos que hacen que el álbum y su música sean únicos y auténticos. Invitamos a David a escribir sobre su experiencia como músico migrante, más en tiempos en que un color naranja amenaza con una gran deportación de «ilegales», y de paso explicar algunos detalles de su álbum, una joya musical digna de escuchar en repetidas ocasiones.
Siendo totalmente honesto, cuando Zonagirante.com me pidió que escriba una nota sobre mi experiencia multicultural como artista, me sentí muy intimidado. Ser artista hoy en día es difícil y complicado y quiero poder detallar mi experiencia de la manera mas honesta y directa posible. Entonces disculpen mi “spanglish” por momentos, pero al igual que cada día de mi vida, este cuento se cuenta mejor en dos lenguajes a la vez. Thanks friends.
Me mude a la Florida con mis padres cuando tenia 7 años. En Lima yo siempre había sido un niño extrovertido y los primeros días en USA no entendía por que nadie en la Florida quería ser mi amigo, nadie me hablaba. Mi mamá siempre cuenta como yo regresaba del colegio triste diciendo “nadie quiere ser mi amigo por que soy feo”, sin darme cuenta de que yo les hablaba a todos en español. Creo que desde ahi comenzó mi experiencia como “outsider”- hasta cuando aprendi a hablar ingles mejor, igual sentía una diferencia tremenda entre el mundo americano fuera y el “mini Lima” que tenia en casa. Mi abuelo me enseño a tocar musica criolla en nuestro departamento de Pompano Beach y por momentos, se sentía como si estuviéramos en Perú, con el olor a ají de gallina en el aire y yo practicando mi “tundete” mientras mi abuelo cantaba Este secreto. Pero luego me transportaba de nuevo al USA cuando estaba en el teatro de mi colegio practicando para La Novicia Rebelde y mi profesora me decía que “Captain Von Trapp can’t have a Mexican accent David, you have to work on your pronunciation.” Desde el inicio fue un mundo de muchos contrastes, muchos ‘micro-aggressions’ y suficientes “macro aggressions”.
Por un tiempo, sentía que el rock debía de ser en inglés. La primera canción que aprendi a tocar y cantar era Let It Be de los Beatles, aunque la tocaba en la guitarra folclórica de mi abuelo. Luego me metí mas al mundo del rock n roll y descubrí Led Zeppelin, ACDC, Rush, y todos los heroes que cambiarían mi vida. Siendo peruano en Estados Unidos siempre sentí que estaba en el medio de dos mundos- era muy obvio para mi que no era Americano, pero tampoco me sentía al 100% peruano… Era una mezcla extraña jugar beisbol con mis amigos por la mañana y por la tarde ver los episodios viejos de Pataclaun con mis papas en casa. One foot here, one foot there, and barely able to stand. Y luego cuando comencé la universidad y decidí hacer mi banda de rock, se sentía natural que imite a Robert Plant y David Bowie. Pero curiosamente, los que nos venían a ver en nuestros shows en el frio de Boston eran nuestros amigos latinos – los Mexicanos, Colombianos, y Venezolanos que cantaban la letra con acento.
Este año se siente que ha sido el tiempo que más “feeling” de inmigrante he tenido. Por algunos años fui cantante de clubs elegantes en Los Ángeles, hasta que me despidieron, de un dia para otro, por cantar en español. Este acto racista me impulsó a escribir nuestras primeras canciones en mi lengua nativa, algo que Migrant Motel ya había considerado por mucho tiempo. De ahi salio El Juez y La Furia, un album con toda la energía y orgullo latino que esa experiencia me hizo sentír. Y gracias a ese gringo hdp, terminé entrando al mundo de la dirección musical, trabajando con artistas como Sofia Reyes y Cuco. En un instante, mi identidad latina terminó con mi único ingreso económico, pero a la vez, le abrió las puertas a mi banda hacia la audiencia mas linda del mundo y le abrió paso a mi carrera de director musical latino.
He tenido muchísima suerte en mi carrera. Aunque ser un musico latino en este país me ha traído mucho dolor, también me ha causado una cantidad de alegría inimaginable y ese feeling de no ser suficientemente americano o peruano ha cambiado. Soy un inmigrante que tuvo la suerte de venir a Estados Unidos gracias al amor y la valentía de mis padres y eso en si me hace 100% Americano. Y hoy en dia, los domingos procuro hacerme mi cevichito casero escuchando Eva Ayllon y cada vez que juega Peru, sufro con el país entero. Eso me hace tambien 100% peruano. Ahora tambien cocino mucha comida arabe, ya que mi enamorada es de Palestina, y el perro que tenemos se llama Mochi, según nuestro postre Japones favorito. Es la combinación única de influencias y experiencias que nos hace cada uno de nosotros tan especial, y lo que intento reflejar en mi arte con cada canción.