Foto: Leonardo Carreño
Mis pretensiones de escritor a veces me llevan a dar clicks inconscientemente sobre cualquier cosa que me parezca interesante dentro de la red, buscando encontrar música interesante; artistas que despierten algo, que me inviten a escucharlos, que me confirmen que la escena alternativa colombiana tiene esperanzas.
Casualmente, mientras estaba en una de esas jornadas de clicks incesantes, aburrida y monótona, entre las recomendaciones que había en mi cuenta de Twitter, apareció la palabra Ságan, la cual mi geek interior relacionó con el famoso astrónomo y decidí explorar lo que tenía tal cuenta para ofrecer. Resultaron siendo un dúo de músicos colombianos, lo cual me llevó a proseguir con mi investigación. Aunque no es el tipo de música que suelo escuchar, el álbum debut de este proyecto, llamado Cada Célula, me dejó sin palabras. Primero, porque nunca había escuchado nada parecido y, segundo, porque cada segundo que pasaba a merced de los sonidos me invitaba a esperar lo que seguía. Y fue en realidad impresionante.
La voz de María Mónica Gutiérrez es absolutamente mesmerizante. Su timbre es delicado, igual que su interpretación, la cual lleva impresa un dejo minimalista. Por momentos, me imaginé lo que sería una sirena encantando a Jasón en tiempos míticos y lo difícil que habría sido para el mismo no dejarse llevar por tal belleza. La música, ensamblada por Felipe Ortega en su trono electrónico, es digna de haber sido banda sonora de Interestelar. Cada sonido es adecuado, cada nota encaja perfectamente en esa atmósfera cósmica que es cada canción. Y las armonías vocales que hace este señor son muy pertinentes, por decirlo de alguna manera. Qué bueno ha sido haberme encontrado con esta banda. Qué bueno que existan este tipo de proyectos desarrollándose por estos lados. En su página web describen su espectáculo como algo a lo Carl Sagan. Aprovecharé la próxima oportunidad que tenga para verlos y espero que sea una experiencia que me haga sentir parte íntegra del Cosmos.