Por José Gandour @gandour Imágenes archivo Nobara Hayakawa

Otro martes de investigación a través del vasto mundo de Bandcamp, buscando novedades entre las rarezas que provee el lado más underground de la música y de repente, puf!, me encuentro con el recién publicado álbum de una amiga de larga data, Nobara Hayakawa. Ella, colombiana de padres japoneses, más conocida en el ámbito creativo por su trabajo de diseño e ilustración, igual siempre ha coqueteado con el medio musical, pero no había publicado nada desde 2012. Me pongo a escuchar su nueva compilación, publicada bajo el título de Cancionclllas, y desde la portada nos ambiente de las intenciones sonoras contenidas en esta producción. Es un álbum infantil, pero no crean que se trata de la misma pesadilla que nos propone la mercadotecnia anticuada de la industria musical, donde sospechan desde siempre que los niños son aburridas máquinas  con memoria Ram limitada  que sólo responden a ritmos simplones y blandengues y a letras de contenido tan pobre que se vuelven elementos de tortura para ellos y sus padres a las pocas veces de ser expuestas en los estéreos hogareños. Aquí, en cambio, hay pop, shoegaze, electrónica en distintas facetas, reggae y cumbia, presentando contenido textual divertido, variado y capaz de levantarle el ánimo a grandes y chicos. 

Nobara, sorprendida por mi petición de entrevista, inmediatamente se puso en la labor de responder mis preguntas:

Ya hubiera querido que me mostraran algo así cuando chiquito…
Pues fíjese que justo nació porque la música para niños que hay no me gusta… sentí que hacía falta otro sonido, jaja.

¿De dónde salió la idea?
Tengo una hija pequeña que canta todo el día sus propias canciones o cosas que oye y se le quedan pegadas, y muy rara vez se trata de canciones que han sido etiquetadas como infantiles. Siempre he pensado que la infantilización de la música es problemática, y que ha habido un empobrecimimiento con la oferta que circula por Youtube. ¿Cómo pasan los padres de ponerles Mozart a los bebés que no han nacido para luego dejarlos a merced del Pollito Pío?!
Me pareció oportuno proponer otras sonoridades que refieran al punk, el reggae o el mismo reggetón desde otro lugar. Aún estoy en exploración, monitoreando las reacciones de los niños. ¡La canción dance es la que más éxito ha tenido y es la menos infantil! (Vamos a bailar).
También entiendo que la relación con la imagen es clave (los videos) pero que no necesariamente lo más importante. Me interesa hacer canciones que tengan valor por sí mismas.

¿Cómo reaccionó su hija con las canciones?
Ella hace parte de todo el proceso; me dice si le parecen muy largas o si les falta algo, es la primera crítica que tengo y es implacable, aunque también ama todo lo que su mamá haga jaja.

¿Cómo fue el proceso de producción?
Todo en casa, tengo un buen micrófono y edito todo en Logic Pro, solita

¿Cree que habrá una segunda parte?
Creo que si! como estoy publicando libros para niños con (Editorial) Planeta quiero hacer un proyecto que integre música, imagen e historias.

¿Piensa mostrarle el disco al «gran público»?
Sería chévere, pero ¡no se cómo!

 

 

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