Por José Gandour @gandour Fotos archivo @ultimosnietos
A veces los comienzos de año traen sus pequeñas desesperanzas musicales y uno cree que las buenas nuevas canciones que deben levantar el ánimo durante la cuesta de enero no aparecen. Para ello se nos ocurren dos soluciones: La más fácil es acudir al archivo de siempre, a los viejos recuerdos que nunca decepcionan, a los que han sonado eternamente en nuestros estéreos. Pero llega un momento en que se agotan y necesitamos algo que le de la vuelta al cerebro y nos lleve a otros mundos. Y ahí es donde aparece, como siempre, un divertido y nunca decepcionante paseo por Bandcamp, la plataforma de la música independiente mundial. No les vamos a contar nuevamente (¡Qué pesados estos señores de Zonagirante.com, por dios!) cómo adoramos Bandcamp, pero si hemos de declarar que una vez más ahí encontramos la solución a nuestra pequeña crisis resonante. Buscábamos algo divertido, bien hecho, pegajoso pero inteligente, con el suficiente humor para tomarse el coletazo final de esta pandemia de una manera con más frescura y, de repente, escuchamos esto:
Nos dábamos besitos
Borrachitos vimos las estrellas
Y mi cabeza daba vueltas y vueltas
y vueltas y vueltas y vueltas y vueltas
y vueltas y vueltas
Se me perdieron las gafas en el mar
Y una ola me mojó el celular
Pero no importa porque junto a ti
La vida es bella que puedo decir
Y luego, la misma voz femenina cantaba esto:
Tengo más de treinta vivo con mis papás
Todos mis planes no han salido mal
Hice una carrera que nunca me gustó
No quiero trabajar no hay motivación
Toda mi familia ya se hartó de mí
Dicen vea mami hay que producir
Quieren que me vaya que busque otro lugar
Que encuentre marido o me ponga a trabajar
Y yo aquí estoy muy bien
La ropa encuentro oliendo bien
Duermo hasta tarde sin preocupación
Salgo al parque y me fumo un Joint
Y si, se llaman Últimos nietos. Son de Cali, del occidente colombiano, donde, de vez en cuando, salta la liebre y se presenta una banda de sonido diferente, una agrupación con ganas de tirar las fichas del tablero y proponer algo distinto. Este quinteto, cuyos integrantes rondan los treinta años, dice que todo lo sucedido en estos meses los obligó a juntarse para hallar una solución a los inconvenientes de la época. Las consecuencias de dicha reunión se pueden escuchar en su álbum Crisis de la mediana edad, compilado de diez tonadas que nos traen recuerdos sonoros de los tiempos de la movida madrileña de los ochenta y de otras referencias históricas del punk melódico, grabado de una manera más de adecuada, sin desperdiciar nunca su esencia, alimentada con cerveza, whisky de dudosa procedencia y una que otra hierba natural. Últimos nietos llega en el momento justo en que el rock colombiano necesita nuevas voces, una resonancia refrescante y menos temor para decir las cosas que están sucediendo. Por todo esto, nos pusimos en la labor y contactamos a Felo, su baterista, para que nos contara detalles sobre su proyecto:
¿De qué va Últimos nietos?
Bueno, nosotros somos una banda que lleva un año tocando. Venimos de diferentes bandas de la ciudad. Excepto Juli, nuestra vocalista, que es su primer proyecto musical a los 30 años. Somos de un background bien diverso, en cuánto a gustos se refiere. A grandes rasgos, somos 3 punx, 1 popera, y un jazzero tocando power pop/punk rock.
¿Y sienten crisis de mediana edad? ¿A su edad? ¿Son cosas de la pandemia?
Jeje, bueno un poco, sí. Básicamente nos juntamos hace un año de forma muy circunstancial. La idea comenzó con Damian (mi roomie y parcero de toda la vida). Ambos estábamos escuchando en ese entonces mucho esta onda como Juanita y los Feos/Alaska y los Pegamoides, y queríamos hacer algo melódico, a lo que Juli se pegó al proyecto sin echarle mente. Luego a Juanfe y Mario , de la banda de hardcore Japy Lora, les sonó un montón la idea y se adhirieron a hacer algo distinto. Las temáticas de las letras iban un poco a eso, como pequeños dramas, letras un poco absurdas en algunos casos o los demonios que cada uno tiene, y pues yo estoy en la mitad de mis 30s y me he sentido un poco así, con crisis de la mediana edad. 3 estamos ya en el tercer piso y los dos guitarristas en los finales de los 20s. Hay como dos grandes líneas en cuánto a temáticas, cosas un poco más pop, con temáticas de amor y desamor, de los amigos y parejas y otra un poco más de los demonios, como decía, de tener inseguridades, miedos, paranoias, ansiedad, etcétera.
¿Cómo los ha recibido la fanaticada?
Por el tema de la pandemia hemos tocado poco. Durante el año pasado nos dimos a conocer en algunos conciertos locales, y ha sido buena la recepción. Con el álbum la gente lo ha recibido bien. Creo que el hecho de que seamos tan distintos hace que el punto de encuentro sea este disco que tiene como su toque particular (sin decir que seamos pioneros de nada, solo, un poco atípico a lo que solemos escuchar, al menos en Cali).
Igual Cali siempre, a lo largo de la historia, ha tenido bandas de sonido poco tradicional. Siempre uno puede esperar alguna sorpresa de la escena rockera de la ciudad, ¿o no?
Creo que lo que ha dado pie a eso es el hecho de que Cali es una ciudad grande en cuanto a territorio y población. Pero es muy homogénea, aquí lo que prospera es la rumba. Entonces en los espacios alternativos o contraculturales suele juntarse la pequeña llamada «escena» en un mismo escenario. Comparado con Bogotá o Medellín en que tiene público mucho más de nichos o sectores muy concretos y es muy marcado ello: Concierto de post punk, ves la gente dichos espacios. Concierto de Indie, ves a un nicho de ello. Acá es como, todos nos juntamos a pillar vainas (no digo que no haya conciertos solo de punk o metal, pero se suele encontrar mucho más las personas en mismo espacios o conciertos).
¿Y qué se proponen entonces?
Nada, realmente a estas alturas, al menos para mí. Divertirme (así suene a cajón) con mis amigos. Tener una banda es un buen desfogue y una excusa chévere para tocar, componer con los panas, pero también de luego ir a echar rulo y tomar pola. Básicamente dejar que todo vaya fluyendo, tocar lo más que podamos y poder dar una vuelta por Colombia pronto. Queremos que nos pillen en otros sitios.