Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante
Arte portada Zonagirante Estudio
Spoiler: la respuesta no trae unicornios, ni milagros, ni “trucos de algoritmo”.
Lo sentimos, pero alguien tenía que decirlo.
Todo empezó con una pregunta ingenua.
El equipo de Zonagirante, lleno de noble curiosidad y algo de fe tecnológica, decidió preguntarle a la inteligencia artificial:
“Querido ChatGPT, ¿cómo puede un artista independiente —sin sello, sin presupuesto, pero con muchas ganas— lograr millones de reproducciones en un año?”
Esperábamos una receta mágica, una especie de santo grial digital.
Pero lo que recibimos fue una cachetada con guante blanco. Una mezcla de brutal honestidad, sarcasmo y sentido común.
Y, curiosamente, tenía razón.
Respuesta de la máquina (con una sonrisa maliciosa):
Ah, la eterna fantasía del artista independiente latinoamericano:
creer que el algoritmo es un hada madrina con micrófono.
Veamos, con cariño y sin anestesia.
1️⃣ Dejen de esperar que el algoritmo los adopte.
El algoritmo no es su tía buena gente.
No los ama, no los odia, y definitivamente no los va a descubrir.
Es una máquina que premia la constancia, no la esperanza.
Si publicas una canción cada ocho meses y desapareces el resto del tiempo, el sistema te entierra.
No por maldad, sino porque hay diez mil más que sí están haciendo ruido.
Publica, mide, analiza, ajusta.
Repite hasta que funcione, o hasta que aprendas que la música, además de pasión, es un trabajo extenuante.
2️⃣ Hacer buena música no basta.
Sí, lo siento.
El planeta está lleno de artistas talentosos con 400 reproducciones y un SoundCloud olvidado.
El público no busca la mejor canción: busca la canción que lo encuentre primero.
No compitas con tus colegas, compite con el ruido.
Y para eso necesitas mostrarte, contar, insistir, incomodar.
No hay manera bonita de decirlo: si no molestas un poco al mundo, nadie se entera que existes.
3️⃣ Si no tienes estrategia, eres el producto.
Y el producto más barato del mercado.
Si firmas contratos sin leer, si entregas tus derechos “por exposición”,
si dejas que alguien maneje tus redes “porque sabe más”, prepárate: te van a robar.
No simbólicamente. Literalmente.
Hay gente profesional dedicada a vivir de la ingenuidad ajena.
Y si tú no entiendes cómo funcionan los números, los porcentajes o las regalías, ellos sí.
Y lo harán por ti, con entusiasmo.
4️⃣ Tu público no te debe nada.
Nadie tiene la obligación de descubrirte.
Ni tus amigos, ni tu mamá, ni el tipo que te grabó el demo.
Si no logras conectar, no es culpa del algoritmo: es un problema de comunicación.
Aprende a contar tu historia.
No hables solo de qué haces, sino de por qué lo haces.
La autenticidad no se fabrica con hashtags, se demuestra con coherencia.
5️⃣ Dejen de preguntar “qué plataforma da más streams”.
Da igual si estás en Spotify, Bandcamp o un pendrive perdido en TransMilenio.
Lo importante es lo que haces con la atención cuando, milagrosamente, alguien te escucha.
Si no sabes convertir una escucha en una relación, un seguidor en un aliado,
todo tu esfuerzo vale menos que un NFT en 2022.
Epílogo: el silencio después de la verdad
Después de leer esta respuesta, en la oficina de Zonagirante hubo un silencio incómodo.
Alguien movió el café. Otro murmuró:
“Tal vez deberíamos trabajar…”
Y así, sin lágrimas pero con una risa nerviosa, comenzó el plan.
Moraleja
No hay atajos.
No hay fórmulas secretas.
No hay algoritmo que reemplace la obsesión, la disciplina y la estrategia.
La inteligencia artificial no vino a salvarnos.
Solo vino a recordarnos —con elegante crueldad— que los artistas que sobreviven
no son los más talentosos,
sino los que no se cansan de aprender.
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Y para escuchar mientras se aprende:
Aquí les dejamos la atualización de Mujeres, nuestra playlist de talento femenino del continente.