Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante
Arte portada Zonagirante Estudio
No nos vamos a poner a pelear a estas alturas del año con otros medios, que han hecho un esfuerzo enorme en hacer grandes selecciones de los mejores álbumes de su país, del continente o del mundo entero. Cada uno tiene sus razones y hay algunas escogencias maravillosas que definitivamente hay que observar. Aquí en Zonagirante.com nuestro resumen es diferente. Seleccionamos 10 placas discográficas que nos gustaron, y que sentimos que, por su identidad independiente y muchas veces autogestionada, deben ser escuchadas para confirmar que la calidad muchas veces se descubre fuera de los círculos habituales de la industria musical. No jugamos a ser raros (quizás lo somos, pero no es ese nuestro deseo más fervierte), simplemente nuestro curiosidad nos exige meternos en rincones incómodos para descubrir joyas que estan destinadas apenas para cientos, quizas decenas de espectadores y que esperamos (deseamos) que puedan oír miles, ojalá millones. Estos diez discos, como siempre decimos, no están organizados en orden de preferencia, (más bien según el calendario) así que esperamos sean escuchados sin prejuicio.
Comencemos:
Jonaz – Los Antisencillos
Hace años, Monterrey era la meca de una escena musical única, con bandas que mezclaban folclor, rock, disco y electrónica en un estilo desinhibido. Plastilina Mosh fue uno de los máximos exponentes de esa era, con su sonido divertido y provocador que te hacía bailar sin control. En enero, Jonaz, el alma más irreverente del dúo, regresó con Los Antisencillos, un EP que mantiene vivo ese espíritu fiestero y rebelde. El disco arranca con Escitalopram, un tema que parece sacado de una película de espías, pero con un toque desfachatado: «10 mg de escitalopram para que todo te valga». Luego, la fiesta sigue con ritmos de funk, hardrock y punk, destacando Un Mal Negocio, pura energía guitarrera. Igual, hay momentos que salen de la euforia, como Laura, una balada norteña para despechados que podría sonar en una cantina psicodélica.
Los Antisencillos confirma que Jonaz sigue siendo un maestro en romper esquemas y poner a todos a bailar.
El Indomable – Delirio místico
¿A qué suena esta maravilla? Imagínate: son las tantas de la madrugada, algo raro pasó, y una emisora en Costa Rica empieza a sonar con cumbias, boleros y otros ritmos latinos, pero no los típicos. Aquí las historias son bizarras, llenas de narraciones, poemas, efectos de sonido y vinilos que mezclan nostalgia con futuro. Este caos genial lo firma Oscar Herrera, un diseñador sonoro que normalmente trabaja en cine, pero que ahora creó un álbum (sí, son siete tracks) que parece una transmisión pirata hecha para alegrarte la noche.
¿Es un podcast raro? Tal vez alguien lo piense. ¿Es para bailar? Definitivamente. ¿Sirve para ponerte audífonos y perderte en su locura? Sin duda. Es como si la alegría tuviera una nueva piel, irreverente y única. Así que dale play porque, sinceramente, es de lo mejor que hemos escuchado desde marzo.
Reyna Tropical – Malegría
La música está cambiando, y las voces más interesantes vienen de mujeres y disidencias sexuales. Aunque el mainstream aún no les da suficiente espacio, proyectos como Malegría, el nuevo disco de Reyna Tropical, demuestran su poder. Liderado por la mexicana-estadounidense Fabi Reyna, este álbum mezcla ritmos tropicales con elementos modernos para crear lo que ella llama «el sonido de la diáspora tropical». Con 20 cortes entre canciones, diálogos y samplers, aborda temas como el amor queer, la sensualidad femenina y la conexión con la tierra, ofreciendo una “patria sonora” a narrativas marginadas.
Destacan temas como Conexión Ancestral, un trip tropical que invita al balanceo corporal, Cartagena, un calipso relajante, y Huitzilin, un nostálgico cierre. Formado en 2016, Reyna Tropical fusiona raíces y modernidad, demostrando que la tradición puede reinventarse sin perder su esencia. Malegría es fresco, conmovedor y renovador, un imperdible en la música contemporánea.
Slowkiss – K.O.
Algunos discos no sabes que los necesitas hasta que los escuchas, y K.O., el álbum de la banda chilena Slowkiss, publicado en el mes de abril, es uno de ellos. Después de su último lanzamiento en 2019, la banda pasó por cambios y giras internacionales antes de regresar con un sonido más maduro y contundente. Publicado por el sello alemán Gunner Records, K.O. combina su esencia punk y shoegaze con texturas stoner y una identidad más agresiva, sin perder su atractivo melódico.
El álbum, con duración de 40 minutos, destaca por su intensidad y capacidad de conectar con una audiencia amplia, inspirándose en bandas como Deftones o Smashing Pumpkins. Entre sus mejores momentos están Fast Food, que marca la evolución del grupo, Dreaming, una balada introspectiva, y Girl United, un potente himno de dos minutos y medio. Escucha este disco, porque desde la primera nota entenderás por qué es imprescindible.
Niña Dioz – Raíces
El último disco de Niña Dioz, Raíces, es una montaña rusa de hip hop atrevido, seductor y lleno de fiesta. En solo 15 minutos, Carla Reyna combina su talento con nombres como La Dame Blanche y Serko Fú para entregar un guateque explosivo que mezcla texturas folclóricas con ritmos contemporáneos. Inspirándose en el espíritu de las orquestas cubanas y mexicanas de mediados del siglo pasado, Niña Dioz rescata la esencia de la rumba y la lleva a la calle, con letras que celebran el sexo, la identidad y el desenfreno, enfrentando prejuicios con alegría y color. Entre este torbellino de energía, suena Espina clavada, un bolero en colaboración con Angélica María, brinda un respiro íntimo y nostálgico, evocando bailes cuerpo a cuerpo y sueños compartidos.
Con Raíces, Niña Dioz demuestra cómo las estrellas emergentes pueden honrar el pasado mientras hacen bailar al presente.
Thaissa – Anómala
El mercado musical puede ser cruel, pero también repetitivo, con artistas siguiendo fórmulas gastadas. Sin embargo, en un panorama saturado, Anómala, el nuevo disco de Thaissa, destaca por su audacia y frescura. Thaissa Bula, una artista brasileña-colombiana-ecuatoriana radicada en Bogotá, fusiona neo-soul, pop, rock, hip-hop y electrónica con influencias latinas, creando un sonido único y provocador. Lejos de buscar comodidad, este álbum de 36 minutos desafía al oyente con melodías inesperadas, bajos y percusiones contundentes, y un espíritu jazzístico lleno de travesura. Sus letras mezclan idiomas, mientras su propuesta busca romper esquemas y evitar la monotonía de lo comercial.
Anómala no es música masiva, pero sí una obra que abre puertas y marca caminos en la escena independiente bogotana. Thaissa demuestra que la verdadera belleza está en lo inusual, en atreverse a innovar, y su valentía promete mucho para el futuro.
Dirty Quarantine – Sunglasses Gang
Desde Curitiba, Brasil, llega un trío instrumental que mezcla surf y garage con mucha reverberación y estilo. Dirty Carol (batería), Dirty Matheus (guitarra) y Dirty Alberto (bajo) exploran estos géneros con grabaciones analógicas y un enfoque en las frecuencias agudas que le dan un toque fresco y único a su música. Con músicos experimentados en la escena rockera, la banda ha superado los retos de la pandemia, ganando popularidad en su ciudad natal y llevando su arte más allá de las fronteras brasileñas. Su enfoque en lo independiente y su creatividad sonora los destacan como un gran ejemplo de la riqueza musical que siempre se gestó en Brasil.
Este trío nos recuerda que en el gigante de Sudamérica tiene una vibrante escena alternativa que merece más atención en América Latina. Si buscas algo auténtico y enérgico, definitivamente vale la pena escuchar a esta banda.
Los animales también se suicidan – Hastío
Hastío, el reciente trabajo de la banda chilena Los Animales También Se Suicidan, es una obra destacada dentro del indie pop, shoegaze y dream pop . Con diez pistas de producción impecable, el álbum atrapa al oyente a través de composiciones conmovedoras, melodías cuidadas, guitarras envolventes y una interpretación vocal exquisita que eleva cada historia cotidiana a una experiencia emotiva. El tema Si es de morir brilla como una de las canciones más impactantes de los últimos años. Su intensidad lírica y musical, coronada por el conmovedor coro “Si es de morir, que sea de amor, pero nunca de hastío”, resulta profundamente memorable.
A lo largo del disco, momentos como Acúfenos o Nada ni nadie combinan capas sonoras ricas con una nostalgia que navega entre décadas, ofreciendo una melancolía sanadora. Hastío es un viaje sonoro que invita a reflexionar, emocionarse y disfrutar, dejando una satisfacción duradera.
Fin del Mundo– Hicimos crecer un bosque
La autoridad máxima de este sitio se disculpa por el uso frecuente de la palabra «ternura», aclarando que no se refiere a debilidad, sino a comprensión y empatía, una cualidad que buscamos siempre en la música. También se excusa por su afición al shoegaze, destacando que a menudo es creado por gente común. A partir de ahí, debemos decir que el nuevo disco de la banda argentina Fin del Mundo, Hicimos crecer un bosque, es una de las cúspides de la música de 2024. El álbum logra una amalgama perfecta entre estridencia y tranquilidad, recordando a clásicos como Loveless, Ferment y Psychocandy, pero con identidad propia. Las voces femeninas contrastan con el ruido, creando una seducción reverberada. El disco transita entre el indie-rock, shoegaze, post-rock, dream pop, kraut-rock y Midwest-emo. Se destacan las canciones Vivimos lejos, Una temporada en el invierno, Cuando todo termine y Vendrá la calma. En fin, una maravilla, y si, una ternura discográfica.
Winona Riders – No haga que me arrepienta
La agrupación bonaerense Winona Riders lanza su tercer disco No hagas que me arrepienta, que destaca por su mejor producción y mezcla frente a las dos anteriores publicaciones. Las letras son, como siempre, y como esperamos de ellos, provocativas, tocando temas como experiencias alucinógenas y críticas sociales con un toque de locura. Este álbum, que abarca géneros como stoner Rock, shoegaze, y algo de folk, no es para los puritanos o para quienes busquen música convencional. A la hora de la audición, se rebela un viaje en un auto destartalado, donde la música crea una atmósfera intensa y psicodélica, con guitarras que parecen aullar. Canciones como Hondart y 680/680 llevan al oyente a momentos cumbres de la experiencia psicotrópica y deslumbrante. El tema titular, que dura más de once minutos, busca agotar al oyente de forma eufórica. Este es disco maravilloso, aunque no es apto para todos, más en tiempos de censura contemporánea, donde algunos les gustaría regresar a épocas de la inquisición y el indebido silencio.