Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante

Arte portada Zonagirante Estudio

Nota del editor: No trabajamos para Bandcamp. Ni nos pagan, ni nos conocen, ni nos mandan camisetas. A lo sumo, un par de músicos que nos han leído habrán dicho en voz baja: “oiga, esta gente en Zonagirante sí que escarba bien ese sitio”. Pero no más. No tenemos línea directa con sus oficinas ni nos llegan boletines exclusivos con tips sobre los lanzamientos del mes. Eso sí, semana tras semana entramos a Bandcamp como quien va al mercado con hambre y un billete arrugado: buscando tesoros, con poco presupuesto pero con ganas de descubrir cosas sabrosas.

¿Por qué tanta devoción a esta plataforma? Porque, a pesar de todo, sigue siendo uno de los pocos rincones decentes del internet musical. Bandcamp, nacida en 2008, ha logrado lo que muchas plataformas prometieron pero nunca cumplieron: dar a los artistas independientes una forma directa y transparente de vender su música y su mercancía. Según cifras recientes (actualizadas hasta antes de que otra corporación la absorbiera y la llenara de PowerPoints), los fans han pagado más de 1,2 mil millones de dólares directamente a los músicos desde que comenzó todo esto. Más de la mitad de cada compra va a parar directamente a los bolsillos de los creadores. En tiempos de centavos por stream, eso sigue siendo revolucionario.

Además, Bandcamp es como ese viejo videoclub donde el encargado sabe lo que te gusta antes de que tú lo digas. Los algoritmos no son tan voraces ni invasivos, y la experiencia es más humana, más cercana. Uno entra, escucha, curiosea y a veces hasta conversa con los músicos. Es como ir a una feria de vinilos digital con colegas de todo el mundo.

Entonces no, no tenemos intereses ocultos al recomendar estrenos de Bandcamp. Solo tenemos un vicio incurable por la buena música, y este sitio sigue siendo uno de nuestros proveedores más confiables. Lo decimos con cariño y con la malicia suficiente como para saber que mañana podrían vender la plataforma a un magnate aburrido. Pero por ahora, seguimos aquí, con los oídos bien abiertos y el corazón dispuesto.

Vamos a lo que vinimos: estos son algunos lanzamientos recientes que merecen ser escuchados con atención… y, si se puede, con unos buenos audífonos.

Ahi va:

Moojeni Nocturna

Comencemos con algo tranqui. El ruido de las masas vendrá luego. Empecemos diciendo que el jazz, como el tango y el whisky, son gustos que se forman, gustos adquiridos (nos atrevmos a parafrasear lo dicho en la brillante serie El Eternauta). Difícil que un adolescente agitado lleno de inmediatas dudas existenciales quiera relacionarse con este género desde muy temprano. Es más, el autor de esta notaconfiesa tener una relación complicada con el jazz, quizás porque la escena de su ciudad es muy pomposa y desubicadamente elitista como para atraer más público a sus presentaciones. Pero de eso no tienen la culpa propuestas tan interesantes como Moojeni, proyecto radicado en la ciudad de Buenos Aires. Hemos encontrado su EP, llamado Nocturna, una placa discográfica que contiene 5 cortes, donde podemos captar la sensación de estar escuchando la banda sonora de una ciudad que es más activa y más divertida en sus horas más noctámbulas. Es un disco de sonido impecable, donde su mejor momento  esEscena Azul, una grabación que se desenmarca (sin alejarse mucho) de las maneras jazzísticas tradicionales, y se alimenta de un espiritu (tímido, si quieren) de esquemas más contemporáneos, añadiendo un  groove seductor. Recomendamos escuchar, de cualquier modo, todo el álbum, porque, al oírlo, se transmite una atmósfera exquisita, aún para aquellos que vienen de tribus musicales más ruidosas y agitadas.

Los Amargos Puta Vida

Vamos ahora al otro lado. Entremos en las calles punk de Santiago de Chile y observemos que en este tipo de lugares todavía hay resistencia sonora y de ruido social. No importa si eres joven ingenuo y rebelde  o viejo decrépito y nostálgico, el punk, y más si está bien hecho y bien grabado, debe acompañarnos un rato cada día, para no dejar morir de aburrimiento el corazón ni el cerebro. Los Amargos (nunca un nombre fue más apropiado) lo hacen bien, y sus canciones saben describir  con claridad lo que cada adulto, cascado por la sociedad, quiere expresar cada tarde con ánimo de disturbio:

Crisis de la edad madura
no hay terapia ni hay cura
tres acordes bastarán
para componer el mal

Esta es una banda que sabe reírse de si misma y de su generación,  y no necesita demasiado para expresarlo: su canción más larga dura apenas 130 segundos.  Todo este compilado de exclamaciones contra la madurez opresora apenas se extiendo por 12 minutos. Escuchar este disco, definitivamente, es más barato que una clase de yoga o una tortura con aromaterapia, y, obviamente, el resultado es más reconfortante. 

Mi Exnovia es un X-MenMi Mundo Arderá (en vivo)

A ver, audiencia de Zonagirante.com: ¿cómo íbamos a esquivar la misión sagrada de reseñar el disco en vivo de una agrupación costarricense con tan genial nombre? Era inevitable. Y menos si el sonido resulta ser crudo, lo-fi, imperfecto, pero indudablemente emocionante. Aquí se aloja el mejor espíritu de lo que puede ser una banda indie con ganas de tragarse el mundo, no importando si al frente estén pendientes apenas unas decenas de aficionados.  Esto es material honesto, sin desperdicio. A ustedes les puede parecer demasiado romántica esta reseña, pero nosotros valoramos y premiamos la valentía y las ganas de hacer ruido con un sello propio. Claro, tienen todo el derecho a putearnos y decirnos «pero, ¿qué le vieron a este material tan caótico y hecho en condiciones menos que profesionales (pensando en el estándar que nos han vendido desde siempre los artistas más famosos)? «. Y aquí va nuestra respuesta: encontramos aquí deseos de no repetirse, de hacer explotar sus guitarras a su manera, y de contar historias sencillas que entendería cualquiera, y que ellos saben narrar convincentemente. Es punk, es rock, es shoegaze, es una vorágine fascinante que no se pueden perder. 

Ene EseSoltura!

Vamos a ser un poco punzantes. Igual, ustedes ya están acostumbrados. ¿Se han dado cuenta que en este momento hay dudas de las rutas que puede tomar la fusión electropical? Muchos artistas piensan que la suma es más sencilla de lo que creen, y por ello confian de forma torpe que, en materia de mezclar estilos musicales, todo es simplemente 1+1 igual a 2. Aquellos que piensan de esa manera terminan presentando ideas demasiado simplonas, anquilosadas, hasta irrespetuosas. Igual, también parece haberse agotado la fórmula que impusieron con tanto éxito Bomba Estéreo y Systema Solar. Ahora parece ser indispensable añadir más euforia, más desenfreno y menos esquemas repetidos. Quizás, como siempre, tocará acudir al underground, a las cuevas olvidadas por el mainstream, y encontrar las joyas ocultas que se desarrollan en los laboratorios sonoros de los artistas que están pidiendo pista para ser atendidos, Por ello recomendamos escuchar  este material, producido, según nos cuenta Sergio Castro, el colombiano responsable de este EP, mientras se encontraba en medio del mar Caribe. Son tres cortes intensos, con intención de reventar las fiestas, pero a un modo más atrevido, más acelerado, más sintético, sin perder relación con la geografía ni con el eterno reclamo del baile.

 

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