Por José Gandour @zonagirante

¿Quien dijo que el placer de experimentar, de construir pequeñas sonatas con instrumentos eléctricos, había desaparecido del ambiente rockero? ¿Quién se atreve a negar que el espíritu de los 70´s, en el cual las bandas creaban sueños ambientales en formato de composiciones y grabaciones de cinco, seis, nueve minutos, había desaparecido? Claro, hay que admitir que muchas veces este tipo de ejercicios se atiborran de ego innecesarrio y rampón y se pierde la esencia de lo que se busca: Envolver y emocionar al público en una experiencia exquisitamente abrumadora, donde no hay tiempo para el respiro adicional y donde se puede escuchar la elaboración de un drama impactante, una historia que, sin voces, puede ser interpretada de manera personal y provocadora.

No es del cotidiano gusto del autor de esta nota este tipo de producciones, hay que admitirlo. Quizás por los clásicos prejuicios en los que caemos cuando nos afiliamosa otro tipo de sonidos, otro tipo de géneros. Pero escuchar el nuevo álbum de la banda argentina Poseidótica, llamado Las Palabras y La Realidad, da un especial descanso auditivo, y un reto para el paladar y el oído. Este cuarteto conformado por Walter Broide, Eugenio De Luca, Martín Rodriguez y Santiago Rua, ha llamado frecuentemente la atención de nuestro sitio, no sólo por su buena ejecución presentación de sus canciones instrumentales, sino por el buen quehacer gráfico de sus artes promocionales de cada una de sus actividades en vivo, a lo largo y ancho del territorio argentino. Este último disco, quizás el menos «furioso» de sus trabajos, es señal de resonante madurez, y parece la banda sonora de una película que aún no nos han contado. Quizás es música esperando ser adaptada a cualquier relato del Cono Sur o simplemente hecha para que cada uno de los oyentes la use para generar el ambiente apropiado para cualquiera de sus aventuras diarias.

Como advierten en su presentación en Bandcamp, grabaron sus baterias y bajos en junio de 2022, en el Estudio del Abasto Monsterland (General Rodríguez, Provincia de Buenos Aires), y luego incluyeron las guitarras Guitarras que fueron registradas entre Septiembre y Octubre del 2022 en el Centro Cultural Richards (Palermo, Ciudad de Buenos Aires). A partir de ahí, se plantea un interesante juego a la hora de la mezcla. Lo dicen textualmente: «Con la finalidad de buscar un resultado diferente e innovar respecto a los discos anteriores, cada canción del quinto álbum de Poseidótica fue mezclada entre 2023 y 2024 por un ingeniero distinto, aportando su toque particular al tema, aunque sin perder en ningún momento la marcada identidad de la banda instrumental». Es curioso este proceso, la verdad no había escuchado algo parecido hace mucho tiempo. Igual, la coherencia permanece y, si, se puede escuchar diferencias de enfoque a la hora de la mixtura de cada corte, pero es más un resultado de ampliación del espectro más que piezas separadas unidas solamente a la hora de presentarlas. Hay unidad, y es satisfactoria.

¿A qué suena, usando las etiquetas de los críticos tradicionales, esta placa discográfica? Esto sigue siendo, como es costumbre en Poseidótica, stoner rock. Ellos, por su cuenta, añaden términos como «math rock», «heavy psych», «rock progresivo» y otros apelativos. Quizás el que más fácil nos queda repetir es el de «ambient rock». Las Palabras y La Realidad es un álbum hecho para disfrutar con audífonos, inicialmente de manera individual, para respirar al lado de la banda, y asimilar su energía, sin la distracción externa. Sonará cliché, pero esto es un viaje. de recorridos largos, nubes cómodas y silencios propios. Increíblemente, el tema más agradable, en mi opinión, es el más extenso, Tyler, de ocho minutos y cuarenta y pico segundos. Igual, no se adelante y comience a vivir  la experiencia a partir del primer instante. No se arrepentirá.

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