Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante
Arte portada Zonagirante Estudio
En esta semana especial, haremos en esta nota referencia a tres recientes publicaciones de origen femenino hechas en nuestro hemisferio:
Ana Barajas – Mango Motel
Esta colombiana, residente hace ya más de diez años en la ciudad de Austin, Texas, ha publicado un disco ecléctico de covers mayoritariamente latinoamericanos, interpretados con la suficiente libertad experimental como para no quedarse en unos márgenes limitantes y, más bien, ofrecer un repertorio variado en texturas y en intenciones sonoras. Eso si, por encima de todo, sobresale en cada uno de los cortes su impecable voz, que da unidad a toda la producción. Este disco suena a «nostalgia contemporánea», una especie de sensación en la cual se recupera el ambiente de los bares y boliches de antaño, pero, en el proceso se añaden modernos elementos procesados por tecnología de nuestros tiempos que marcan una diferencia interesante frente a las versiones originales. Si nos podemos exageradamente poéticos, podemos decir que esta podría ser la música habitual de un cabaret caribeño con reminiscencias de mitad del siglo pasado, adornado con efectos retro futuristas. Es un disco entretenido, sensible y con una dosis exquisita de riesgo. Tres momentos para destacar, por su lograda mixtura de pasado y actualidad: Siboney, Tabú y Cara de Gitana.
Emy Castro – N/A
Y de repente se nos hace una luz y descubrimos entre nuestras informaciones a esta peruana residente en Estados Unidos, quien hace pocos días acaba de lanzar esta especie de sencillo de tres cortes, donde se incluye una intro misteriosa de medio minuto, un remix, al final del disco, de noventa y dos segundos, y en medio, de forma notoria, una tonada que juega a recuperar sonidos del folclor andino, que, a su vez, se entrelazan con piezas jazzisticas y momentos de laboratorio con urdimbres de otros géneros. Esta claro que aquí hay una joya a la cual hay que atender en su evolución, por la sensualidad de su expresión vocal, por el deseo de actualizar las referencias originarias y asimilarlas a los tiempos actuales, sin perder nunca la esencia ni la gracia primera.
Valentina – Otro sad valentín más
Se llama Valentina Victoria D´Achille Ducoudray, es dominicana y vive en territorio mexicano, y parece que pronto se convertira en una de las estrellas del pop urbano, de la cual escucharemos muchos comentarios en los próximos años, si todo funciona acorde al marketing tradicional. Y mientras eso llega, nos atrevemos a sacar una reseña sobre su EP de cinco canciones, donde nos permitimos, antes que nos invadan nuestros prejuicios de oyentes de música alternativa, sentirnos atraídos por esa particular voz, ese llamativo acento, que, apenas lo escuchamos, se nos prende la alarma, creyendo que será usado en canciones más explosivas, de bum bum incesante, y de por suerte, se nos viene la contradicción, y resulta que todo suena amablemente tranquilo, con amplia margen para romper márgenes obvios de la comercialidad forzosa de las grandes disqueras. Ojalá siga en el futuro sonando tan natural y tan fresca como podemos escucharla en Triste o algo así, la última tonada de la producción. Ojalá en el futuro Valentina profundice en su esfuerzo de oirse diferente a lo que siempre retumba por ahí y ya aburre. Ojalá podamos decir que lo suyo fue parte de la reinvención de un género que no puede estancarse por los miedos de unos ejecutivos que venden música como si vendieran jabón. Suerte con eso, estimada señorita D´Achille Ducoudray.