Por José Gandour @zonagirante
Lo que hace la artista limeña Clara Yolks, es Pop. Si, POP (lo escribo en mayúsculas, quizás pretendiendo horrorizar a aquellos que se ofenden con el viejo contenido de ese género tan vilipendiado durante las últimas décadas). Esto es buen pop latino del siglo 21, aquel que evita clichés de cursileria barata y que, más bien, logra cantar con términos más cotidianos y más próximos a cualquiera lo que podemos vivir cada día, asumiendo momentos de riesgo y experimentación y perdiendo el miedo frente al qué dirán, evitando especialmente sumirse a las anquilosadas premisas de la radio corrupta tipo Top 40. Es música que llega a muchos a través del voz a voz, del compartir en las redes sociales y sin el peso de las grandes inversiones. El buen Pop de hoy, el de formato independiente, es un precioso catálogo de tonadas que gustan porque son simpáticas, rebeldes y buen sentido del humor. Y si, en ese espacio están las nuevas grabaciones de Yolks, incluidas en su álbum Mar Adentro.
Comencemos a detallar lo que se puede escuchar en este disco: Clara Yolks tiene una voz de tono único, asimilable al instante, y su lenguaje habitual, el de todos los días, un discurso creible y despreocupado, fresco en su expresión. A ello se añade una producción, a cargo de Edwin Black, que, sin salirse de las ropas, sabe aprovechar determinados instantes para añadir diferenciadores sonoros, que nos hacen alzar la ceja por curiosidad y nos obligan gratamente a poner atención. Aquí hay pasajes de reggae, indie folk, pequeños laboratorios electrónicos, rock en dosis precisas y, al final, al activar la licuadora, el paquete completo, reunido y mezclado es consistente y, si quieren que lo ponga en «términos capitalistas y comerciales«, contiene potenciales éxitos del futuro. Los mejores cortes, en mi opinión, son Inquilino (una composición llena de agradables onomatopeyas, placenteramente pegajosa) , Flor de Amancay (quizás la canción más rockera del álbum, donde las variaciones vocales son más presentes) y Todo me sale bien (los momentos más juguetones de la producción, un tema que parece hecho para un atardecer playero).
¿Se acuerdan cuando, desde hace un buen tiempo, vengo advirtiendo sobre ese tesoro oculto que es el pop indie peruano, y más, el hecho por sus mujeres? Aquí va otra muestra, una que permite insistir en que pongamos la lupa en este talento, antes que, como en casos anteriores, opte por el exilio, y busque su porvenir fuera de sus fronteras. Mis amigos del ambiente musical de ese país me dan explicaciones vanas al respecto, y mientras tanto ese potencial se pierde. Clara Yolks, como tantas otras nuevas cantoras, deberían ser punta de lanza para una renovada avanzada peruana en la industria musical internacional, así como lo hicieron anteriormente otros países latinoamericanos. Todavía están a tiempo, si quieren activar de verdad una escena artística contemporánea notable entre los suyos y los que los pueden observar en todo el planeta.