Por equipo de Zonagirante.com @zonagirante
Daniela Medel – Antes de Caer
Esta guitarrista y tecladista chilena, que estuvo involucrada en distinguidas bandas en su país, comenzó su carrera solista en 2016 y lanzó su primer disco al año siguiente. Ahora en 2024 presenta un álbum de 10 canciones, de sonido limpio, exquisito y bien elaborado, que permite sobresalir su potente y, a la vez, seductora voz. Esto es indie pop adulto, con elementos de bossa, folk y jazz, de textos finos, un producto que puede llamar la atención de aquellos que estén buscando propuestas musicales serias que, sin necesidad de agitaciones ruidosas, sepan sacudir al oyente y puedan calmar las fieras interiores. Un trabajo que luce como artesanía de buen gusto, que seguro pueda gustar a quienes quieran pasar una tarde relajada llena de experimentación instrumental. Mejor momento: Corte número 4, llamado Temerosa, donde la labor vocal brilla de manera especial, relatando un discurso precioso ante la muerte.
Black Ash – Take me out
¿Sigue vigente lo que desde hace varias décadas llamaron «música industrial»? ¿Sigue teniendo seguidores este cáustico género de ruido construido con desenfreno y desespero? ¿Todavía hay quien quiere llenar sus oídos de bandas sonoras del caos, que provoca movimientos corporales incontrolables? Claro, todo lo anterior está dicho con ironía y la verdad es que este sonido tan agresivo debería tener mayor espacio entre nosotros, al menos reflejando ciertos momentos de nuestras vidas en este instante de la humanidad. Y más si la propuesta es tan sólida como la que presenta este artista argentino, que describe sus grabaciones como una mezcla de post-industrial, dark pop, alternative rock, techno y darkwave. El resultado es contundente y sólo necesitó dos canciones para dar fe de lo interesante de su trabajo. Quizás la misión sea, a partir de ahora, dar mayor notoriedad a este tipo de sonidos, por que, de vez en cuando, necesitamos más distorsión en nuestras vidas.
The War Machines – T.W.M.
Un consejo: Nunca dejen de ver lo que pasa en Costa Rica, musicalmente hablando. Nunca. Siempre hay sorpresas ocultas, que quizás no lleguen a superar unos pocos miles de aficionados, pero que, definitivamente, seguramente si se hubieran hecho en California o Leeds, tendrían mayor atención de los aficionados del planeta. En este caso traemos rock psicodélico, de gruesas distorsiones y un sabor muy particular a la hora de vibrar en la piel y poner en movimiento al cuerpo receptor. Voces que atraviesan megáfonos, efectos instrumentales que han pasado por el jardín de las alucinaciones, mezclado con sospresivas guitarras limpias que aclaran por segundos la atmosfera densamente stoner generado en el parlante. Este disco de cuatro canciones es una pequeña joya que hay que impedir que se pierda en el cementerio de los olvidos.
Sara Delirio – Circuito latino
Una confesión: Es muy difícil para nosotros cumplir con la la labor de reseñar discos de música electrónica claramente destinados para la pista de baile. Hace mucho tiempo, y no de manera muy constante que digamos, nos metidos en el mundo de de los djs y productores de este tipo de sonido. Cometemos el error de pensar que todo suena igual, y es evidente que no es así. Ante tal sentimiento de culpa, buscamos entre los más actuales estrenos un disco que nos contradijera. Llegamos al trabajo de esta colombiana, relacionada con muchas de las ramas del techno, y cuya búsqueda de texturas es intensa y diferenciadora. Tiene momentos (no son tan obvios y eso se agradece) de «latinidad», que marcan la identidad de sus tracks de manera elegante y original. Algo importante: La calidad del registro es impecable. Gracias Sara por contradecirnos de forma tan convincente.