Por equipo de zonagirante.com @zonagirante
Arte portada Zonagirante Estudio
Volvemos a curiosear por Bandcamp, nuestra plataforma digital favorita, y encontramos,con zambullido profundo y todo, 3 placas discográficas que vale la pena presentar y comentar. Procedentes de Colombia, Argentina y Chile, vienen estas tres novedades:
La Ramona – Quemarlo todo
Lo que se escucha en este disco se puede resumir en una sola palabra: POP. Ahora, si nos ponemos ya a enredar la reseña, como nos corresponde, ya que jugamos a ser periodistas, hay que decir que lo que hace esta artista colombiana viene alimentado de rock, electrónica, y otras especias musicales, que logran construir un producto atractivo, especialmente para aquellos que les gustan las canciones que, ya de entrada, son candidatas para entrar en los Top 40 de las radios más populares. ¿Este título rompe en dos la música contemporánea? No, ni lo pretende. Hay más seguridad que riesgo, más consolidación que experimentación, pero decir esto no contradice el hecho que estamos frente a un álbum bien hecho que puede provocar más excitación que curiosidad. El momento más interesante de todo el compilado es el último corte, Nunca me olvides, donde la mezcla se permite jugar más fondo, donde podemos alzar las cejar y decir «aquí hay una oscuridad llamativa», logrando que, en medio del baile, haya más intimidad y más conmoción, la que estamos seguros que La Ramona tiene mucho que transmitir en una próxima producción.
Folk by Noise – Roethke
Ahora vamos al otro lado de la calle, donde todo es hecho en casa, donde lo que suena es ruido recondito, entrañable, hecho para que sea escuchado por el círculo íntimo y unos cuantos locos (como todos nosotros) que se dedican a escarbar en el gran cajón de las miles de producciones discográficas alternativas que se esconden en Bandcamp. Esta es una publicación de dos canciones, hechas con voz desgarradora, zumbidos permanentes y un culto sobrecogedor por la estridencia. Esto puede ser placer de pocos, y más de uno desvariará y nos insultará, pero sabiendo que no estamos en un mundo feliz (no precisamente) de vez en cuando es bueno recordar que algunas artistas saben recoger con turbulencia instrumental y vocal el temblor del mundo. Y lo irónico es que la mísma música define todo esto como folk. Habrá que creerle.
Zapatogaze – Olor a tela
Seguimos con la lucha frente a las etiquetas. Esto de describir la música, más en grupos o proyectos que, estamos seguros, que lo único que hacen es grabar lo que les parece e inspirarse en distintas fuentes que les llegan al corazón, puede ser una labor cruel e injusta. Más cuando tenemos al frente una pequeña joya que apenas suena nos hace sonreír y decir cursilerías tipo «que disco tan bonito» o «que ternura tan bienvenida». Desde Temuco, Chile, nos llega un EP de seis canciones, grabado en ánimo Lo fi, usando el apelativo peculiar de «indietrónica», perfecto para reuniones en casa, donde es mucho mejor escuchar este tipo de historias y tonadas, antes de que el imbécil de turno saque la guitarra e interprete tontamente éxitos de Maná o algo parecido. Esto no es para grandes estadios, ni mucho menos, pero puede alegrar cualquier viaje terrestre al atardecer, o ponérselo al perro a escuchar mientras nos mira la cara de desahuaciados emocionales recuperando la vida. Eso si, hay instante ruidoso (y precioso), y se llama 3:33 (irónicamente dura 3:44 minutos), que no pierde el impulso tranquilo de las voces, pero le pone distorsión a la guitarra, y se puede volver el click más shoegaze de todo el compilado. A estos héroes desconocidos del indie hay que hacerles un monumento, para ver si alguien aprende de ellos.