Por equipo de zonagirante.com @zonagirante
Seguimos buscando piezas inesperadas de la discografía latinoamericana en Bandcamp, nuestra plataforma digital favorita (cuya gente, estamos seguros, no tienen idea de nuestra existencia). Hoy nos dedicamos a encontrar tesoros ruidosos, muy cercanos, según el oído de puristas, al caos y a la impaciencia auditiva. Aquí van tres placas con mucha distorsión, rebeldes hasta la muerte en su esencia, y muy divertidas, procedentes de Argentina, Colombia y Brasil. Bienvenidos!
Una lucha de robots en I.Sat – El día de los robots
La verdadera invasión alienígena comienza en la ciudad patagónica de Neuquén, y, casi que podríamos apostar que ahí arrancará la verdadera guerra nuclear que arrasará este planeta. Es que confiamos con todo nuestro corazón en lo que dice esta banda indie post punk, cuyo humor nos contagia y su música nos cautiva. Quizás sus predicciones sean erróneas, y estén locos hasta el tuétano, pero esta agrupación hace canciones de fina factura, de textos exquisitos y de interpretación contagiosa, merece la atención de todos aquellos que estén buscando renovar su catálogo musical. Ellos son genios a la hora de relatar historias que, en boca de otros, podrían sonar muy desgraciadas y, seguramente, no atenderíamos. Esta agrupación tiene razón al proclamarse como el Plan B de la humanidad, porque a los sucesos infortunados hay que enfrentarlos con toda la ironía y el ruido posible, antes que dejar rodar lágrimas y salir corriendo al fin del mundo. ¿Los mejores momentos? Madre Rusia (el llamativo relato una crisis balística en la habitación del cantante) y Sin saludar (parece que nadie tiene ganas de jugar).
Máquinas Absurdas – Máquinas Absurdas 2
Esta banda de la ciudad de Cali está peleando por ser la propuesta musical más atronadora del occidente colombiano. Al menos de esa intención damos fe escuchando su EP de tres cortes, donde la velocidad, la vorágine corrosiva y la distorsión de las cuerdas se esfuerza en demostrarlo. Este es material que asustará a más de una monja y a cada odiador serial de estampidas de acoples y aullidos inentendibles. ¿Estamos chiflados por reseñar este alboroto que puede ofender a nuestros mayores? ¿Merecemos internarnos en un asilo y escuchar sólo cantos gregorianos después de repetir y repetir los menos de cinco minutos de duración de esta algarabía? Por el momento, y la sonrisa no se nos cae al decirlo, nos encanta enredarnos en esta selva de guitarrazos y gritos ocultos en medio de la barahúnda instrumental. Es punk al extremo que no han llegado los más temerosos. Ojo, se lo advertimos: esto puede romper sus oídos y de ello nosotros no nos hacemos responsables.
Dirty Quarantine – Sunglasses Gang
Cerramos con una banda brasileña de música instrumental, que nos entretiene y nos sacude con sus tonadas de surf y garage. Desde Curitiba llega este trío, conformado, cómo no, por Dirty Carol (Bateria), Dirty Matheus (Guitarra) y Dirty Alberto (Baixo). Lo suyo es explorar este tipo de géneros musicales, a través de grabaciones totalmente analógicas, mucha reverberación, y una mezcla instrumental que explora con inteligencia las frecuencias más agudas del espectro sonoro. Popular en su ciudad, esta agrupación, con músicos ya experimentados en la escena rockera, ha sabido superar las dificultades de la pandemia y con su buen material han podido exhibir su arte dentro y fuera de su país. Como siempre decimos: hay que poner atención a lo que se hace en Brasil, que, en su faceta independiente, es todo un mundo desconocido para el resto de América Latina.