Por José Gandour @gandour

Esta es música elaborada en casa, hecha para ser disfrutada con los audífonos puestos,  encerrados en una habitación, en paños menores, para luego sentirla explotar en grandes ambientes, con fuertes parlantes que golpean el corazón. Son tonadas que arrullan en la soledad, pero que pican los pies y hacen saltar a la audiencia, no importando si el número de oyentes va de uno a un millón, volviendo al sentimiento primitivo más bello que tiene la humanidad: bailar para apartar la muerte de nuestro entorno. Este es el momento de escuchar Posible, el primer álbum de la artista argentina Carolina Zac, un trabajo de nueve cortes y apenas treinta y seis minutos de duración.

Insistimos con las felices contradicciones que nos plantea este álbum, que podemos meter en la amplia estantería del electropop, afirmando que está lleno de música íntima, hecha con pocas máquinas y artilugios, pero lista para seducir a las masas. Ninguna de las 9 grabaciones que conforman esta producción abandona la etiqueta de «canción», ya que todas son composiciones redondas, que, sin complicarse la vida con arandelas, tienen una espléndida lógica de base, con textos muy personales, que hablan de relaciones, amores que no se sostienen con el tiempo, debilidades que nos acompañan a pesar de las apariencias, como está escrito en Cierto:

Silencios que hay entre palabras
se desprenden librando nuestra tensión,
miradas que a veces obviamos
pero en algún lado vibrarán.

Decís, creés, sentís, la idea es una,
y solo de insistir la idea es una.

Tantas veces que decimos
esto, esto ya pasó,
respondiendo señas viejas
que hubiéramos olvidado.

Cualquiera podría pensar que, aunque algunos radicales se nieguen a aceptarlo, es posible combinar la tristeza con la danza y lograr el desahogo en conjunto. 

Igual, en medio de un compilado de emotivos y estremecedores registros sonoros, resalta un tema en particular: Frágil. Es una pieza preciosa porque, con una valentía inusual, Zac logra hacer uso de ciertos momentos de Tren al sur, de la clásica banda Los Prisioneros, apropiándose del sentimiento original y logrando una grabación inolvidable. Es curioso, porque el uso del material de los chilenos no es evidente, no se anuncia por anticipado, sino que va entrando, va dejándose sentir y va pisando lentamente, hasta que se escucha

«Respirar adentro y hondo
alegrías del corazón»,
respirar, respirar, respirar
«tren al sur, tren al sur,
tren al sur, tren al sur».

Definitivamente, es un momento mágico, brillante en su concepción. 

En fin, Posible es un disco encantador, un trabajo que llega a tiempo para demostrar a nuestro favor las felices paradojas que nos rodean, para que estas puedan ser oídas en privado o en la compañía de miles que sonreirán a nuestro lado. 

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