Por José Gandour @zonagirante Fotos @jade.frrr

Quizás, en un mundo tan congestionado y lleno de resonancias tóxicas, es buena idea crear un paraíso rodeado de mares para refugiarnos y escuchar solo tonadas que nos alivien, que nos consuelen, que nos consientan. Y si el viaje de huida que nos puedan proponer tiene de banda sonora el conjunto de canciones del álbum debut de Mireya Andrenacci y su proyecto solista Misi, llamado Slagbaii, podemos todos estar seguros de que estaremos rodeados de insólita belleza, de riesgo galante y besos sonoros que nos arropen.

Este disco, grabado gracias al apoyo de la Fundación Besares, consta de siete canciones etiquetadas como folk pop, que parten bellamente de una guitarra acústica y una voz y que luego se alimentan de preciosos detalles instrumentales orquestales y electrónicos, que hacen más preciso el interés de hacer creer a la audiencia que, mientras suena esta producción, estamos en una isla imaginaria cuyos paisajes inventados pueden reflejar la ternura que contienen las composiciones. Como la misma artista dice:  “El recorrido por esta isla es un recorrido por mis pensamientos, mis preocupaciones, mis recuerdos”, y añade: “La isla viene a ser esta posibilidad de estar un rato sola en un lugar seguro y especial, como cuando escribo canciones, y darme el espacio de armar y desarmar, de imaginar, de preguntarme, de recordar”.

Slagbaii es un compilado de tonadas construidas con maestría, donde no hay posibilidad de desentonar porque cada instante ha sido cuidado y puesto para emocionar, sin ápice de postiza afectación, a quien escucha. Es un álbum muy femenino, como si las buenas musas que siempre hemos soñado que naveguen frente a nuestro deseo cantaran en nuestros oídos. Y es femenino, también, por la claridad de su mensaje, por la forma que la artista argentina expone el corazón. Los momentos más notables, si hay obligación de responder a tan injusta pregunta, están en el segundo corte, Ocio Fresco, y en Escena, donde el bajo de Pablo Leyva crea la tensión necesaria para adentrarse en el misterio reinante en todo el registro.

Quizás como nos sugiere su comunicado de prensa, todo lo que pretende Andrenacci es que recuperemos ese muchas veces olvidado dicho de la revolución del mayo francés: La imaginación al poder. Si esa es la causa a la que hay que unirse, cuenten conmigo.